La Diócesis de Zamora ha anunciado este miércoles que la ciudad de Zamora albergará la edición de 2025 de las Edades del Hombre. Una oportunidad turística y cultural única para la capital que albergará una de las exposiciones iconográficas más prestigiosas.
Esta iniciativa de que Zamora fuese sede de las Edades del Hombre comenzó a fraguarse tras el desastre de la Sierra de la Culebra. “Para devolver la vida, el orgullo y la ilusión a la tierra, siendo homenaje a los cuatro fallecidos y a los que padecieron el horror de los incendios”, tal y como ha destacado el obispo de Zamora, Fernando Valera.
Pese a que por el momento no hay muchos datos respecto a la edición de 2025, la Diócesis ha querido avanzar esta cita tan “importante” para la ciudad con un evento en el “que conjugan a la perfección fe y cultura”, tal y como destacó el obispo, Fernando Valera.
La edición tendrá además carácter transfronterizo, ya que la sede será compartida con Oporto, vertebrando así ambos territorios con el eje del río Duero como piedra angular de la edición. “
Aún no podemos dar ni lugar, ni título, pero sí apelar por la colaboración ante un evento de tal envergadura y las administraciones ya nos han dado su apoyo, pero en su mano está adecentar la ciudad para estos días”, ha reseñado el delegado episcopal de Patrimonio Miguel Ángel Hernández.
El marco expositivo de las Edades del Hombre se desarrolla entre mayo y octubre, por lo que, pese a que no haya fechas aún oficiales, será la primavera de 2025 cuando la ciudad de Zamora se convierta en sede de esta cita ineludible en el ámbito cultural sacro.
El origen de Las Edades se remonta a 1988 y su patronato lo forman los arzobispos y obispos de las once diócesis castellano y leonesas. Su finalidad es la conservación, investigación y difusión del patrimonio religioso de Castilla y León, un patrimonio que "en el caso de Zamora es ingente y requiere nuestro desvelo permanente para que cumpla dignamente con su función original, que no es otra que la de celebrar adecuadamente la fe. Pero junto al objetivo natural de la celebración, el arte puede ser también, y de hecho es, un recurso que revitalice el territorio en el ámbito social, cultural y económico, generando un notable impacto en el territorio a corto y a largo plazo", ha concluido el obispo.