Las bombas reales avisaban del inicio de la cabalgata con los Reyes Magos fieles a su cita. Los más de 400 figurante comenzaban su comitiva por las calles de Zamora inundando de ilusión y tradición la mirada de los más pequeños de la casa. Con cerca de dos horas de recorrido, los figurantes, pajes, caballistas y, los más importantes, los Reyes Magos pasearon por las calles repartiendo dulces e ilusión a partes iguales.
El frío de esta gélida noche de Reyes, no impidió que miles de zamoranos saliesen a las calles para recibir a Sus Majestades de Oriente que se preparaban ya para la dura noche de trabajo que les espera por delante. Melchor, Gaspar, con algún que otro problema con su camello, y Baltasar hacían su entrada triunfal en la Plaza Mayor donde les esperaban la Virgen María, San José y el niño Jesús para recibir sus ofrendas.
El alcalde, Francisco Guarido, les recibió entre aplausos y un discurso, a modo de carta de última hora, centrado en la despoblación, la vida del mundo rural y la natalidad zamorana, todo ello aderezado por la magia de sus majestades "que todo lo pueden", tal y como destacó Guarido.
Tras ello, les hizo entrega de las llaves de la ciudad, permitiéndoles el paso a cada casa para entregar los regalos. Los tres Reyes Magos tuvieron palabras de amor y cariño para los más pequeños con un Rey Baltasar que hizo alarde de su bilingüismo, dedicando unas palabras en inglés.
Finalizada la cabalgata, solo queda limpiar los zapatos, preparar el avituallamiento, para Reyes y camellos, y aguardar hasta la mañana siguiente con la ilusión de los más pequeños y aquellos que hoy dormirán soñando como el niño que aún llevan dentro.
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