Al día siguiente del desastre, Iván, un mecánico de Zamora, cerró temporalmente su taller —una decisión complicada para cualquier autónomo— y partió rumbo a Valencia. Con él llevó todo el material que logró reunir para hacer frente a las urgencias mecánicas de la zona afectada. Le acompañaron dos compañeros de profesión igualmente comprometidos: Javier Sendín, de Salamanca, y Santiago ‘Bécares’, de León. No es casualidad que este trío sea reconocido entre los mejores mecánicos de España.
Durante el puente de Todos los Santos, el equipo logró arrancar cerca de un centenar de coches atrapados en el barro y la desolación, devolviendo la movilidad a muchas personas que habían perdido todo. Iván, emocionado, compartió lo que le impulsó a quedarse. "Hacemos todo lo que podemos," explicó a la agencia ICAL. "Nos mueven las reacciones de la gente cuando los escuchamos y los atendemos. A veces, simplemente con escuchar y estar ahí, ya está. Antes de salir de allí, dijimos: 'hay que volver, hay que ayudar como sea'".
Ahora regresan a casa y lo hacen con el "corazón roto".
"Nos volvemospara casa muy, muy orgullosos del trabajo que hemos hecho," comentó uno de los hermanos. "Queremos dar las gracias a todos los zamoranos que nos han apoyado, llamado y se han interesado por esta locura que emprendimos mi hermano Javier y yo", continuó, visiblemente emocionado.
"Nos sentimos parte de Valencia por el trato, el cariño y la acogida que hemos recibido allí," agregó el mecánico, destacando cómo, junto a su hermano, lograron coordinar a más de 100 mecánicos voluntarios en los días posteriores a la catástrofe. "No hemos podido llegar a todos los que nos hubiera gustado, pero volvemos orgullosos de saber que lo dimos todo, física y mentalmente, durante esta aventura que iniciamos al día siguiente de la tragedia," explicó.
Los hermanos hicieron mención especial a la respuesta del sector de la automoción, que permitió coordinar a decenas de mecánicos en equipos repartidos por toda la zona afectada. "Hubo jornadas en las que nuestra capacidad estaba superada", reconocieron, agradeciendo además a sus pueblos de origen, El Cubo del Vino y El Maderal, así como a su familia y clientes por su apoyo y comprensión.
"Con su ayuda, hemos podido llevar a cabo este 'lío' que dos mecánicos de la mal llamada España vaciada se propusieron," señaló. "También esos gestos, como el de los zamoranos que nos apoyaron, son maneras de colaborar y ayudar a la gente de allí."
Antes de concluir, los mecánicos zamoranos anunciaron que compartirán imágenes de su experiencia en Valencia. "Después de esta experiencia, parte de nuestro corazón ya es mitad valenciano. Amunt Valencia", concluyó el mecánico, emocionado, mostrando el vínculo especial que los une ahora a la región.