La tercera semana de confinamiento comienza con la vista puestaen lo que sería la Semana Santa de 2020. Los semanasanteros de corazón, aunqueconcienciados con el bien de la salud pública, vivirán días en los que elrecuerdo será el mejor apoyo ante una Semana Santa sin olor a incienso, sin elcrepitar de las teas, sin el terciopelo rojo bañando el silencio, sin unas sopas de ajo de madrugada y sin todos losdetalles que la hacen única.
Pesea ello, el amor por ella se hace palpable ya desde este lunes, como inicio deuna semana que terminaría con el tradicional pregón y las palmas dando labienvenida a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén. Los balcones zamoranosse han vestido ya con los sonidos tan únicos de una de las señas de identidadmás queridas de Zamora.
Los vecinos que han salido al balcón, puntuales a la cita con el aplauso a los sanitarios, y a los profesionales imprescindibles de esta crisis, han transmitido el sonido de agradecimiento dando paso al recital semanasantero en varios puntos de la capital.
Esteha sido el caso de la calle Obispo Nieto donde el templo de San Lázaro cerradoha servido de telón de fondo para el himno de Lunes Santo: 'La muerte no es elfinal' que en estos días cobra más sentido que nunca. El sonido de Thalberg noha roto en este 2020 la madrugada, pero sí la cuarentena de los vecinos que yaesperaban una nueva Semana Santa. Salud hasta el año que viene.