La llamada “nueva normalidad” presenta un camino pautado por fases que supone la salida progresiva de los ciudadanos a las calles y la apertura de distintos establecimientos. Sin embargo, el virus no ha desaparecido y la posibilidad del rebrote es una realidad que no debe perderse de vista. Por ello, la Organización Colegial de España en colaboración con la Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEEP), ha diseñado pautas dirigidas a la población. Han sido diseñadas por enfermeras expertas en salud pública y están dirigidas a las familias con niños a quienes dan las pautas que deben seguir antes de salir de casa y cuando ya estén en la calle o si tienen que acudir a un centro sanitario. Asimismo, se incluye un apartado específico dirigido a aquellas familias que tengan a su cargo un niño con una patología crónica o esté inmunodeprimido.
Recomendaciones
Desde el inicio de la pandemia, se ha visto que, en general, este coronavirus ha afectado de forma más leve a los niños quienes, sin embargo, pueden ser un vehículo para la transmisión de la enfermedad, poniendo en riesgo a otros colectivos más vulnerables como el de las personas mayores. Esto ha propiciado medidas como el cierre de los colegios, los parques infantiles de juegos o el establecimiento de horarios diferenciados para salir a la calle con respecto a los mayores de 70 años, entre otras. La vuelta a la calle ha supuesto un alivio para las familias que han visto cómo sus hijos podían volver a tomar el aire, pero cabe recordar que a medida que se avanza de una fase a la siguiente, el contacto entre unos y otros se incrementa, con los riesgos que ello conlleva.
Según apunta Isabel María Morales Gil, presidenta de la Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEED), “las recomendaciones son útiles para prevenir el contagio y es necesario seguirlas porque las investigaciones coinciden en que la población infantil y adolescente tiene las mismas probabilidades de contagiarse que los adultos y además pueden propagar la enfermedad. De otro lado, aunque la gran mayoría cursa la enfermedad de forma leve o asintomática también se pueden dar casos graves en niños y adolescentes”.
Asimismo, añade, está el caso de niños y adolescentes inmunodeprimidos o con problemas crónicos de salud en quienes “hay que seguir las recomendaciones de forma exhaustiva, además de otras medidas específicas individuales indicadas por el equipo sanitario que atiende al paciente”.
En cuanto a la utilización de mascarilla entre los menores, otro de los aspectos que se tiene en cuenta en estos materiales, la presidenta de la AEED subraya cómo: “bien usadas y si el niño la tolera son recomendables, pero a veces se las quitan, se las llevan a la boca, las chupan, juegan con ellas y en lugar de evitar el contagio pueden ser un elemento que lo facilite, por eso hay que valorar según la edad si el uso va a ser beneficioso o perjudicial”. Así, mientras los niños de 6 años en adelante deben llevarlas, su uso sólo es sólo una recomendación entre los 3 y los 5 años y no se contempla por debajo de esa edad.
Otro de los aspectos en los que se detienen estos materiales es en la asistencia a los centros de salud y a este respecto subraya “que el miedo al contagio no debe impedir que se acuda al centro de salud o a urgencias en caso necesario” puesto que se han tomado las medidas preventivas adecuadas. Además, retrasar el calendario vacunal en determinados casos, como los bebés menores de 15 meses, puede ser contraproducente.
Ni un paso en falso
Como explica Florentino Pérez Raya, “queremos insistir en una serie de hábitos que, sin ser complicados, al contrario, son sencillos gestos que podemos incorporar fácilmente, contribuirán a la protección individual y colectiva. Así, insistimos una vez más en la importancia de lavarse frecuentemente las manos y recomendamos que los niños no lleven la merienda a la calle. También en que debemos evitar las aglomeraciones y no sentarnos en los bancos. Hay otras medidas que, dependiendo sobre todo de la edad del niño, son más difíciles de cumplir, por ejemplo, el distanciamiento de dos metros, especialmente si se encuentran con amigos a los que hace tiempo que no ven. Por eso, debemos dedicar tiempo a hablar con ellos antes de salir de casa, para explicarles la situación con la mayor naturalidad posible y conseguir que, una vez en la calle, sean conscientes de la importancia que tiene actuar con responsabilidad. No son pocos los niños que llaman la atención a sus propios padres cuando estos se saltan alguna de las normas, no debemos pensar que por ser niños no lo van a entender, al contrario. En este tiempo, no pocas veces hemos escuchado cómo los más pequeños han llevado mejor el confinamiento que sus propios padres”.
Por último, el presidente del Consejo General hace hincapié en que “hemos avanzado mucho. La situación en la que nos encontramos ahora no es la que teníamos hace apenas unas semanas. Por eso, para evitar retroceder, es importante que seamos responsables y no nos relajemos. Todos queremos volver a la normalidad, reencontrarnos con nuestros familiares y amigos y poder abrazarles y besarles, pero es preciso esperar y hacer las cosas bien. Ahora, no podemos permitirnos pasos en falso”.
VÍDEO | ¿Cómo actuar si los menores requieren atención sanitaria?: pautas para las familias en la desescalada
La Organización Colegial de Enfermería, en colaboración con la Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEEP) ofrecen recomendaciones y orientaciones necesarias para que las familias con niños puedan salir a la calle con plena seguridad en las distintas fases de la desescalada.
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