Local

Verónica Zamora: “El trabajo preventivo es clave para minimizar el problema”

Verónica Zamora: “El trabajo preventivo es clave para minimizar el problema”

¿Por dónde se dirige la actuación de los centros educativos de la provincia en materia de acoso escolar?
Nosotros conocemos la actuación de nuestro centro, pero la realidad es que debería de haber varias similitudes en muchos aspectos con otros centros. Y es que la Junta de Castilla y León desde hace varios años es puntera en el tema de convivencia y tienen un decreto específico. Se ha creado una figura que es la de coordinador de convivencia y es quien se encarga de las situaciones de conflicto entre alumnos. A partir de ahí, se activa el protocolo de actuación.

¿Y cuál es ese protocolo?
Lo primero es conocer a los alumnos. En nuestro caso, a la mayoría de niños los conocemos desde infantil y eso te ayuda a detectar qué alumnos pueden tener dificultades en este aspecto, y por el contrario qué alumnos pueden ser los que ejerzan de acosadores. Esos alumnos son observados especialmente por los tutores y cuando pasan de ciclo hacia la ESO se redactan informes para que sus tutores conozcan cada caso susceptible de que pueda convertirse en problemático. De todas formas, no siempre se habla de acoso escolar.

¿Y qué se hace si se detectara un inicio de acoso?
Si el tutor detecta cualquier mínima sospecha de acoso debe avisar al coordinador y es cuando se activa el protocolo. En función de la situación, se entrevista primero al alumno en privado para que trate de contarte la situación y que el resto de alumnos no sepa que estamos dialogando con él. A continuación también se habla con el entorno de familiares y resto de compañeros. Este último caso suele ser bastante útil porque en las situaciones de acoso escolar suelen participar una o dos personas, pero el resto observa los hechos. Ahí es cuando les trasladamos la magnitud del problema, y cuando suelen contarnos todo lo que han presenciado. Si este sistema de mediación no funciona, se pasaría a un careo en el que estarían presentes los familiares de los involucrados y se les haría ver las consecuencias que podrían darse en el supuesto de que ese comportamiento se mantuviese. 

¿Cómo se detecta un caso de acoso escolar?
Lo primero es observar el entorno y el grupo de amigos. Hay chavales a los que les cuesta más, suelen estar aislados y no tienen un grupo estable de amistades. Eso en Primaria puede ser normal, pero si la situación persiste en la ESO puede salir de ojo y hay que estar pendientes. En nuestro caso particular, en el centro hacemos un trabajo amplio de tutorías, intentamos llevar a cabo actividades de cohesión de grupo, de integración, convivencias, salidas a la naturaleza… El objetivo es sacar a los alumnos fuera del día a día para romper ideas preconcebidas. A nosotros nos está funcionando y es algo que realizamos no por obligación sino como ideario de centro. 

¿Alguna vez debe decirse que “son cosas de niños” o se debe permitir alguna situación para que los menores “fortalezcan su carácter”?
En ningún caso. Estamos hablando de humillaciones, vejaciones, incluso agresiones. Nuestro trabajo es formar a la sociedad del futuro y este tipo de cosas no se pueden permitir, dando a entender que son normales, porque no lo son. La labor que debemos hacer es de prevención, haciendo un seguimiento diario, observando los recreos, el patio, el cambio de clases. Esa labor es muy importante y debe ir dirigida a que los alumnos entiendan las consecuencias que tienen en la vida de una persona este tipo de actitudes. 

Ahora también se pelea contra el ciberacoso, ¿cómo se lucha ante este nuevo enemigo?
Es un acoso mucho más complicado de atajar desde el centro educativo porque se desarrolla con herramientas que los docentes no ven en el día a día. Ahí se necesita a los padres, trabajar en coordinación con ellos, ya que son los que más pueden fijarse en las actitudes de sus hijos cuando están con el teléfono móvil o con el ordenador utilizando las redes sociales.

¿El acoso escolar nace siempre en el centro educativo?
No siempre. Es verdad que puede ser lo habitual, pero otras veces la problemática es familiar o social lejos del centro, pero que deriva en muchas dificultades para el niño que suele agarrarse al tema escolar. Es decir, se canaliza como acoso escolar, de manera inconsciente por parte del alumno, un problema que tiene fuera del centro. Lo que sí estamos viendo es que las redes sociales están siendo un problema enorme, porque al igual que los adolescentes frivolizan con el consumo de alcohol, los más jóvenes frivolizan con el uso de las redes sociales y ahí se dispara el asunto.

¿Y cómo se frena eso?
Pues esa sería la respuesta del millón. Todos los centros estamos buscando la solución mágica al problema. La realidad es que no hay más casos que hace unos años, solo que ahora se visibilizan más porque hay más herramientas para descubrirlos. Por eso, desde nuestro centro en concreto, al margen de las actividades explicadas con anterioridad, vamos a poner en marcha unas charlas en las que los alumnos de cuarto de la ESO se dirijan a estudiantes de Primaria remarcando la importancia de la prevención en el ciberacoso. Porque muchas veces el adulto no llega a conectar con los alumnos de Primaria y hace falta que sean otros compañeros los que les den consejos.

¿Quieres hacer un comentario?
Addoor Sticky