Sin duda alguna, las uvas son las protagonistas de cada Nochevieja. A punto de terminar el 2019, los españoles se preparan ya para recibir el año nuevo tal y como toca: comiéndose las 12 uvas de la suerte al ritmo de las campanadas.
Con pepitas o sin ellas, peladas o sin pelar… solo el año pasado se consumieron entre 7.000 y 8.000 toneladas de uvas, según la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas, Uvas de Mesa y otros productos. Pero, ¿qué pasa con el resto de uvas del racimo que no llegan a formar parte de las 12 escogidas? Desde Too Good To Go, la app que lucha contra el desperdicio de alimentos, advierten que es muy posible que las uvas que no se coman correrán el riesgo de ser desperdiciadas.
Y es que las uvas son una fruta que genera odios y pasiones a partes iguales con dos posibles finales muy distintos. O bien ser consumida en los días posteriores por quienes adoran las uvas, o por el contrario terminar en el cubo de la basura de quienes solo han querido cumplir con la tradición. Es para estos últimos para los que se ha lanzado el #UvasChallenge, un reto con el objetivo de concienciar y evitar el desperdicio de uvas sobrantes tras las campanadas de Nochevieja.
Tomarse las uvas para despedir el año es una tradición que viene de muy atrás. Una de las teorías sobre su origen cuenta que en 1909 se vivió una cosecha de uvas tan buena que los productores llegaron al final del año con un enorme excedente y para no tirarlas y sacarles rentabilidad lanzaron una campaña de Navidad asegurando que comérselas en Nochevieja traía buena suerte.
De ser cierta la teoría, se trataría de una de las mejores ideas de aprovechamiento. Sin embargo, en la actualidad la producción de uvas se ha aumentado a propósito para atender la creciente demanda de los españoles que quieren cumplir con la tradición. Pero ese aumento en la producción también contribuye a aumentar el desperdicio.
“Cada año se tiran en los hogares españoles más de 359 millones de kilos de fruta, siendo el grupo de alimentos que más se desperdicia, con las consecuencias que esto tiene tanto por su coste para el bolsillo como por el impacto medioambiental. Es por ello que hemos querido aprovechar un momento tan importante como la Nochevieja, en el que se aumenta el consumo de uvas, para lanzar el #UvasChallenge con el que concienciar y retar a las personas a sacar su lado más creativo para aprovechar en forma de recetas las uvas que sobren en Nochevieja y evitar su desperdicio”, señala Oriol Reull, director de la compañía en España.
La compañía lanza este reto a través de sus redes sociales proponiendo a las personas usar el hashtag #UvasChallenge para compartir sus recetas e ideas de cómo aprovechar las uvas que les han sobrado de Nochevieja. Algunas de estas ideas son:
Congelar las uvas es una buena forma no solo de conservarlas para comerlas más adelante sino también para hacer granizados o helados.
Ensalada con uvas. Esta fruta puede combinar muy bien para un entrante como es una ensalada. Solo hay que escoger los ingredientes favoritos como distintos tipos de lechuga, tomate, cebolla, atún o cualquier otro complemento y añadirle unas cuantas uvas para darle un punto dulce y diferente a la típica ensalada.
Smoothie o batido con uvas. Por ejemplo se puede preparar un smoothie verde utilizando unas espinacas, unas uvas, un plátano y agua o leche. Se tritura y listo para tomar.
Mermelada de uvas. Al igual que con cualquier otra fruta, las uvas también son perfectas para elaborar estupendas mermeladas. Añádelas en un cazo con azúcar y zumo de limón y cocínalo a fuego medio durante 45 minutos para obtener tu mermelada.
Bizcocho con uvas. A la receta del bizcocho de toda la vida en la que se utiliza harina, huevos, leche y azúcar también se le puede añadir zumo de uvas y unas cuantas uvas enteras para jugar con su textura y de esta manera tener un postre con un nuevo sabor de los más jugoso y rico.