La USAL comienza un programa de seguimiento del coronavirus que permitirá saber qué pasó “y establecer estrategias por si hubiera otro rebrote”

‘DIANCUSAL’ es una campaña de diagnóstico y seguimiento de anticuerpos del COVID-19 entre la comunidad universitaria para determinar la incidencia de la enfermedad. Se trata, además, de una nueva colaboración institucional.

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La Universidad de Salamanca ha presentado en rueda de prensa uno de sus grandes proyectos de este año. Se trata de ‘DIANCUSAL’, que tiene el objetivo de determinar la incidencia de la infección por COVID-19 en el colectivo de PDI, PAS y estudiantes del Estudio salmantino mediante la realización de una encuesta clínico-epidemiológica, así como y la determinación de anticuerpos anti-COVID-19 mediante pruebas de serología.

Un proyecto “singular”, como reconocía el rector de la USAL, Ricardo Rivero, que además es una gran muestra del “esfuerzo conjunto” de varias instituciones -participan, además de la USAL, el IBSAL, el CAUSA, el Sacyl y la Consejería de Sanidad- para “comprender cómo se está desarrollando la situación sanitaria y proteger la salud de la comunidad universitaria”, explicaba.

Como parte del proyecto, la gerente de Salud del área de Salamanca, Manuela Plaza, valoró que se han vivido “meses duros” y confió en que la nueva normalidad se mantenga con “cautela” pero conservando la “ilusión en iniciativas como las que hoy se presentan”.

Iniciativas que sirven para dar un poco de luz a la pandemia que se ha caracterizado por el “desconocimiento” del virus causante del COVID-19, el SARS-CoV-2. “Ha sido de la propia experiencia de la que hemos tenido que aprender”, proseguía Plaza, reflejando lo necesario de la investigación y la práctica diaria para determinar los perfiles, los grupos vulnerables, el proceso de transmisión y contagio o las secuelas clínicas.

Así, el proyecto ‘DIANCUSAL’, que es “digno de elogio”, afirmaba la gerente de Salud del área de Salamanca, permitirá continuar aprendiendo de la enfermedad y conocer la prevalencia del virus en un segmento poblacional con unas características particulares, como es la comunidad universitaria. Un colectivo “que no se consideró de riesgo al principio pero que se ha constatado, con posterioridad, que es un elemento preocupante por sus características asintomáticas”.

Los datos que se obtengan permitirán conocer la situación epidemiológica de la comunidad universitaria, algo “fundamental” para adaptar los planes de contingencia y de contención “presentes y futuros”. Manuela Plaza también puso en valor la participación del Sacyl y destacó el carácter multidisciplinar del estudio, indicando que algo bueno que ha tenido la pandemia ha sido “la unión de todos los profesionales y el trabajo en equipo, que no debe perderse”.

Más de 600 personas serán objeto de estudio

El decano de Farmacia, Antonio Muro, indicó que, si bien había 600 plazas para la comunidad universitaria, se apuntaron más de esa cifra. Así, pocas más de 600 serán objeto de estudio, mientras que el resto podrá apuntarse a las próximas fases que tendrán lugar en septiembre y octubre siempre y cuando la situación sanitaria no empeore drásticamente.

Porque esa es otra cosa que Antonio Muro dejó bien claro. El análisis de las prueba se hará por las tardes para no saturar el sistema del CAUSA y, si hubiera un rebrote importante, “este proyecto esperaría hasta que la situación volviera a la actual”. “Aunque ojalá que eso no ocurra”, puntualizó.

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