"El cierre perimetral es el que está matando al sector, al impedir que la gente se pueda mover, después de que los empresarios hayan demostrado que se cumple a rajatabla todas las medidas de seguridad y las normas de cualquier boletín oficial". Así de rotundos se mostraron hoy desde el sector del turismo rural y la Confederación Abulense de Empresarios (Confae), tras una reunión de trabajo con la Confederación de Empresarios de Castilla y León (CEOE), con su presidente, Santiago Aparicio, a la cabeza.
Aparicio detalló que el sector del turismo rural "es uno de los que menos visibilidad está teniendo, pero uno de los que más dañado está", ya que el "90 por ciento de sus establecimientos están cerrados a cal y canto y hay un 48 por ciento de pernoctaciones menos que en 2019", dos puntos por encima de la media nacional, que se posiciona en el 46 por ciento, aclaró.
Además, en el caso abulense, las pérdidas se elevan hasta el 90 por ciento, con una estimación de cierres cercana al 30 por ciento de establecimientos, trasladaron. Esa radiografía refleja un "verdadero desastre para el sector, pero también para la zona donde están ubicadas las casas rurales, porque realmente el que no haya visitantes y alojamientos afecta a los bares, las gasolineras y a todo el sector servicios que engloba el lugar, que dinamiza la economía", explicó.
Las perspectivas que hay por delante "son totalmente nefastas", dado que, de entrada, la Semana Santa "tiene, hoy por hoy, cero reservas en los establecimientos y en las casas rurales de Ávila y del conjunto de Castilla y León", debido a las medidas restrictivas y la acción de los cierres perimetrales. En ese sentido, Aparicio apuntó que es necesario apoyar al sector para que tengas las medidas correspondientes, a fondo perdido, por parte del Gobierno, de la Junta y el resto de administraciones.
Por su parte, el presidente de la Confederación Abulense de Empresarios (Confae), Juan Saborido, recalcó que el principal problema es el cierre perimetral, "al impedir que la gente se pueda mover". Ante dichas restricciones, defendió que los entornos naturales y las casas rurales "son el lugar ideal para veranear, descansar y viajar con la familia. No cabe ninguna duda, es el sitio ideal".
“Estamos cansados de pedir ayudas para un sector que le están matando, el cual vive, prácticamente, de sus propios recursos, al ser empresas pequeñas y familiares en la mayoría de los casos". Sin olvidar la importancia de estos establecimientos para luchar contra la despoblación, así como la riqueza que aporta al conjunto de la provincia y de la capital abulense, subrayó.
Ante las recientes ayudas de la Junta al sector hostelero, de unos 20 millones de euros, Saborido recordó que van supeditadas al número de trabajadores, lo que hace que las casas rurales lo tengan difícil para acceder a dichas cuantías, dado que el número de empleados es mínimo, en relación a condición familiar. Anunció que, en el caso de recibir algo, no ascendería a más de 1.000 euros en un único pago. "Da casi vergüenza pedir 1.000 euros para toda la vida, en una pelea para que no te quedes sin ello”.