Los bebés tragan mucho aire a la hora de alimentarse y si para un adulto este hecho resulta incómodo e incluso doloroso, para un recién nacido estas consecuencias se extrapolan aún más.
Fruto de esos gases, los bebés pueden pasar momentos verdaderamente complicados que materializan en un llanto constante que en ocasiones los padres desconocen su procedencia.
Hay dos tipos de gases: los gases del estómago y los gases del intestino.
Los gases del estómago provienen del aire que el bebé ha deglutido durante la toma o que ha absorbido durante algún periodo de llanto.
Los gases del intestino provienen o suelen ser causa de una mala digestión (fermentación) de los hidratos de carbono en el colon o como consecuencia de una intolerancia alimentaria (por ejemplo, a la lactosa).
Para prevenir su aparición en el caso de los gases intestinales hay algunos casos en los que el pediatra recomienda cambiar la leche adaptada que se le da al bebé por otra o bien darle un medicamento que favorezca la expulsión de las burbujas de gas.
Esto es muy habitual en los recién nacidos por eso en múltiples medios digitales, como ElEspañol o serpadres.es, podemos encontrar diferentes técnicas y trucos para ayudar a los más pequeños a llevar este mal trago y que recapitulamos a continuación:
Primero hay que destacar que cada bebé es un mundo, y cada madre termina encontrando la mejor manera de que su hijo suelte los gases. Pero las técnicas favoritas de los recién nacidos son:
-Ponerle erguido sobre el pecho con su cabecita en nuestro hombro.
-Sentarle en las rodillas de espaldas a nosotros, con palma de nuestra mano en su pecho y los dedos en su barbilla.
-Sentarle de lado en el regazo, mientras cogemos sus puños con una mano y ponemos la otra mano en su espalda.
-Boca abajo sobre nuestro regazo, procurando que su cabeza quede más alta que el pecho. También podemos ponerle a horcajadas sobre un brazo, colocando nuestra mano en su tripa. Si hace tiempo que ha comido, ponerlo boca abajo y sostenerlo con la palma de la mano mientras es recién nacido, como decíamos antes, es muy efectivo para que haya tránsito intestinal, y pueda expulsar los gases por abajo. Hay que tener cuidado de no emplear esta técnica si el bebe acaba de comer, o bien si no ha hecho la digestión, ya que puede vomitar, al estar colocado boca abajo, y en este caso, será peor el remedio que la enfermedad.
-En todas las opciones podemos hcerle un masaje o darle unas palmadas suaves en la espalda. Además, cuando lo cogemos en brazos es conveniente poner una toalla en el hombro para que no nos manche la ropa, ya que con los gases el bebé suele echar una bocanada de leche.
-Entre comidas, además de los masajes en la tripita en movimientos circulares, también podemos aplicarle calor suave de forma local, con nuestras propias manos o envolviéndolo bien con algún arrullo, manta o toquilla. Existen asimismo en el mercado almohadas y bandas térmicas diseñadas para bebés. Este calor atenúa el dolor que provocan los gases, y tiene un efecto analgésico. Además, les ayuda a expulsarlos.
-En todo caso, hay productos en farmacias y parafarmacias que, siempre bajo la estrecha vigilancia de los pediatras, se le pueden dar al bebé para ayudarle a expulsar los gases. Hay médicos pediatras que no son muy partidarios, aunque todo depende de la moda y también de si se lo damos en exceso, lo cual, en bebés muy pequeños puede provocar una intoxicación.
-El anís estrellado en infusión es uno de los remedios caseros más eficaces de todos los tiempos, aunque como en todo, darle biberones con infusiones de maíz a nuestro bebé depende de la moda y lo que en unas épocas era muy efectivo, luego es desaconsejado por los pediatras, pero es cierto que siempre ha funcionado muy bien no dándolo en exceso. Además, a los bebés les encanta el sabor de las infusiones de anís.