Todos los grupos políticos del Senado aprobaban este miércoles la declaración institucional en apoyo a la candidatura de la ciudad de Zamora como ciudad Patrimonio de la Humanidad. Una declaración que decía lo siguiente:
En la actualidad el Estado español suma 47 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, además de otros 4 que comparte con otros países, y a los que debemos añadir otros 16 bienes más de índole inmaterial, lo cual lo convierten en el tercer estado del planeta en número de declaraciones de bienes Patrimonio Mundial, tan solo por detrás de Italia y China.
La inclusión de bienes culturales o naturales en la lista se efectúa siguiendo un procedimiento definido, el cual implica el establecimiento previo por parte de cada Estado, de una lista indicativa de bienes a ser inscritos que se actualiza periódicamente. Este inventario de bienes, que pretende un reconocimiento internacional en razón de su valor universal excepcional, se entrega oficialmente en el Centro del Patrimonio Mundial, en la UNESCO.
El órgano responsable de ello en el Estado español es el Consejo del Patrimonio Histórico, máximo ente consultivo estatal y en el que están representados tanto el Estado, como todas las Comunidades Autónomas. El Consejo es quien eleva al Gobierno la lista indicativa de aquellos bienes aspirantes, agrupados por etapas y corrientes culturales, con justificación de su valor y en referencia con otros bienes similares nacionales o extranjeros.
La ciudad de Zamora vivió un período de esplendor entre los siglos X y XIII, época de la que data su copioso y sobresaliente patrimonio románico cifrado en más de una veintena de construcciones, siendo por ello la ciudad europea y mundial con un mayor número de edificaciones realizadas en dicho estilo. La Catedral del Salvador, el Castillo, la iglesia de Santa María de la Magdalena, la iglesia de Santiago del Burgo, así como los lienzos de sus murallas y varias construcciones civiles, son algunos de los ejemplos más significativos de la ciudad del Duero en lo referido al arte románico, lo que sin duda posibilitó el 8 de marzo de 1973 la declaración para su casco antiguo como Conjunto Histórico Artístico.
Destacado también es el patrimonio que le ha valido su inclusión en la Ruta Europea del Modernismo, al lado de otras ciudades europeas como Barcelona, París o Bruselas, ya que en el último cuarto del siglo XIX y el primero del XX y gracias al desarrollo de su industria harinera, la ciudad de Zamora vio crecer su esplendor monumental con la aparición de un buen número de edificios en hierro, eclécticos, neomedievales, modernistas y regionalistas, que vinieron a sumarse al patrimonio ya atesorado con anterioridad. Arquitectos como el barcelonés Francesc Ferriol, el zamorano Segundo Viloria, el abulense Gregorio Pérez Arribas y el madrileño Antonio García Sánchez-Blanco, entre otros, dejarían aquí su huella e impronta constructiva para la posteridad.
La ciudad de Zamora es también un punto neurálgico de paso o inicio para seis de las siete Rutas Jacobeas que recorren su provincia. Por ella pasan: el Camino de Levante, el Camino de Poniente, el Camino de Fonseca, el Camino Portugués, el Camino Sanabrés y el Camino o Ruta de la Plata, siendo este último el itinerario por excelencia y el más atractivo por su diversidad paisajística e importancia histórica, que arranca en la prehistoria como corredor natural entre Cádiz y la Costa Cantábrica y que también fue itinerario comercial Tarteso, ruta militar para los Cartagineses, vía de romanización de casi la mitad de la Península Ibérica y el eje por excelencia del Reino de León, región esta última en la que se circunscribe el devenir histórico zamorano desde hace más de 1.100 años.
Así mismo, la Semana Santa de la ciudad de Zamora, posee un peso específico por sí misma, siendo la primera de todas cuantas se celebran en España en haber obtenido la distinción de Bien de Interés Cultural (BIC), que vino a sumarse a la declaración que ya poseía como evento de Interés Turístico Internacional.
Esta cámara del Senado entiende que por todas estas razones, y por muchas otras que no se encuentran recogidas en esta declaración, todas las administraciones competentes; Las Cortes de Castilla y León y su Gobierno autonómico, el Gobierno del Estado y en especial al Consejo del Patrimonio Histórico deben apoyar e impulsar expresamente e iniciar cuantas acciones marque el procedimiento, para que la ciudad de Zamora sea declarada Patrimonio de la Humanidad, ya que esta cámara estima que Zamora cumple sobrada y holgadamente con todos los requisitos necesarios para conseguir tal distinción.