¿Qué objetivo tiene el programa de infancia?
Pretende ser una alternativa a la calle. Trabajamos con niños que provienen de familias desestructuradas, que tienen problemas económicos, otras veces problemas de nivel académico, entonces no saben qué respuesta dar a sus hijos. Nosotros ofrecemos apoyo al estudio, un lugar donde se puedan socializar y alternativas de ocio que a lo mejor en sus casas no encuentran. Estamos en horario de tarde durante todo el horario escolar de cuatro y cuarto a ocho de la tarde. En periodo vacacional estamos también por las mañanas.
¿Quién conforma el Centro de Apoyo al Menor (CAM)?
Es un programa perteneciente a Cáritas. Igual que tienen otros programas, este está dedicado a la infancia. Estamos cinco trabajadores contratados en este establecimiento de la calle Argentina, y luego tenemos a otra trabajadora contratada en Fermoselle.
¿Cuál es el perfil de los niños que vienen al centro?
Le hacemos una entrevista inicial y valoramos la situación que tienen: tanto socialmente como económicamente para determinar las necesidades del niño. La mayoría de los niños que vienen suelen tener un nivel académico por debajo de lo normal y no alcanzan los objetivos del curso.
¿Cuántos niños tenéis actualmente?
Tenemos un máximo de 50 plazas para niños de entre 6 y 16 años. En este centro concreto hay 45 niños. Entre los tres de la provincia llegamos a tener un total de 135. Con los voluntarios, sumaríamos unos 25 entre los dos centros, porque en Fermoselle no hay voluntarios.
¿Cuáles son las actividades que organiza el CAM para estos niños?
Trabajamos con diferentes áreas. Primero dejamos que se socialicen, que desconecten un poco de su ambiente escolar, y una vez que se han desinhibido pasamos a las tareas del cole, los deberes. Si no tienen deberes, realizamos con ellos un refuerzo escolar. Cada niño tiene su propia ficha y su propia carpeta para llevar a cabo estas actividades.
¿Cuál es el caso más extraño que te has encontrado en el centro?
Hoy en día tenemos niños que padecen diferentes síndromes o déficit y hace que el nivel académico sea muy bajo. En estos casos es más difícil una intervención, si que es verdad que es con los que más tiempo pasamos, pero necesitamos una especial atención, un sobresfuerzo porque estamos hablando de niños que quizás no saben leer o no saben sumar con una edad en la que ya tendrían que tener afianzados una serie de conocimientos.
¿Qué hay que hacer para ser voluntario?
Es muy sencillo. Primero hay que ir a hablar con Teresa, que es la que se encuentra en la sede central de Cáritas, en Viriato, porque es la persona encargada del voluntariado. Una vez que se ha hablado con ella, y se saben los gustos e intereses de la persona que quiere hacer el voluntariado, los va derivando al programa que más se le adapte. En el caso del CAM, se hace una ficha de inscripción de la persona interesada, se le sitúa en el centro y en los casos de los niños y una vez completado el proceso se va probando el área en el que el voluntario se encuentre mejor. Después de un par de semanas, se le hace una valoración y si todo encaja perfectamente, el voluntario se convierte en uno más del centro hasta que él o ella quiera.
¿Con quién colabora el CAM en beneficio de los niños?
Junto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento, se hacen campañas con los niños que están apuntados en estos centros para que, por ejemplo, puedan ir al cine con un precio módico.