Síntomas y cómo afrontar el estrés posvacacional

Estamos a punto de cerrar el verano, la estación más querida por muchos pero después de esta estación y de las vacaciones y el descanso en la playa, lo que viene es el estrés posvacacional.

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Vacaciones de verano. Archivo.
Vacaciones de verano. Archivo.

Tras el verano de 2017, un 33% de los trabajadores en España aseguró haber sufrido síndrome posvacacional, según una encuesta hecha por Adecco. En 2018, la misma empresa repitió esta misma encuesta y se reveló que la cifra había aumentado en 4 puntos, con lo que había llegado al 37% de los trabajadores.

SÍNTOMAS DEL SÍNDROME POSVACACIONAL: FATIGA, NERVIOSISMO Y TRISTEZA


Las síntomas de este síndrome son cuadros de fatiga, apatía, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo y tristeza; nada, en realidad, que pueda considerarse con entidad clínica. Estos síntomas son normales ante un cambio de rutina, ya que cambiamos de rutina bruscamente en verano, pero un proceso transitorio que no suele alargarse más de tres o cuatro días.

"La mayoría de las cosas que hacemos en nuestra vida, hasta un 40%, ha dicho el psicólogo William James, está basada en hábitos", expone Manuel Armayones, psicólogo y director de desarrollo del eHealth Center, centro de salud digital de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Tenemos una rutina durante todo el año que a veces nos cansa, nos quema, pero nos permite ir en 'modo automático'. Cuando llegan las vacaciones, también al principio, en algunas personas aparecen dificultades de adaptación a la nueva rutina, aunque sea positiva. Luego, cuando nos empezamos a acostumbrar, 'va y se acaba'. En realidad lo que pasa tras las vacaciones es que "nos hemos adaptado a una rutina y ahora tenemos que romper con ella y volver a la anterior".

Pero, ¿cuándo puede suponer un problema? "Existen casos extremos en los que se experimentan ataques de ansiedad, depresión, dolor de cabeza o malestar general. Afectan a una minoría y pueden durar meses", expone el estudio de Adecco.

Este tipo de crisis son necesarias porque nos hacen despertar un poco del modo automático. Hay que aprovecharlas como oportunidades de generar un cambio. "Hay que intentar verlo así, que sirva para reflexionar: '¿Por qué me está costando tanto volver?", "¿qué es lo que hay realmente detrás?'", ha contado el psicólogo.

SIETE CONSEJOS PARA ADAPTARSE A LAS RUTINAS

1. Conectar unos días antes

Es muy importante que cuando queden muy pocos días para volver a la rutina del trabajo, "conectarse paulatinamente, mirar el correo o elaborar una pequeña planificación de las actividades. Avanzar y sobre todo planificar un poco la vuelta ayudan a eliminar la incertidumbre y tener una sensación de control que permitirá llevar mejor el día a día", ha explicado el director de desarrollo del eLeam Center.

2. Ir poco a poco

Retomar la rutina rápidamente no es bueno para nada y es necesario ir poco a poco y hay que superar los tres primeros días. "Superar los tres primeros días son algo pesados y poco productivos. También es aconsejable concretar: 'El objetivo de este lunes es tener esta reunión y hacer este informe', ha añadido Armayones.

3. Valorar la parte positiva

Volver a trabajar después de las vacaciones puede tener una parte positiva? Por supuesto que sí. "Tener una actitud positiva ayuda. Volver al trabajo es una oportunidad para reencontrarnos con compañeros de trabajo con los que nos llevamos bien, pensar en nuevos proyectos y desarrollar nuestra faceta profesional. Si nuestra actitud es positiva, nuestra vuelta será más fácil", ha manifestado el experto.

4. Crear nuevos hábitos saludables

Al romper con la rutina de verano, que a veces no es tan sana como pensamos ya que cogemos algunos kilos de más ya que comemos peor. Pues es importante plantearnos pequeños retos, no hace falta apuntarse al gimnasio, pero es necesario poner pequeños retos a nuestro día: "Voy a bajarme dos estaciones antes del metro para andar un poco más, en vez de llegar hasta la puerta del trabajo", ha aconsejado Manuel Armayones.

5. Planificar el ocio

Es necesario planificar un poco el ocio para no caer en la vorágine de la oficina y de las llamadas de teléfono de un día para otro. "Planifiquemos el primer fin de semana después de vacaciones, tengamos metas a corto plazo, no perdamos la oportunidad de incorporar actividades de ocio en nuestras vidas. Es la mejor manera de no tener la sensación de que todo es trabajo en nuestra vida".

6. Comenzar proyectos vitales ilusionantes

La vuelta de las vacaciones es un momento muy importante para ilusionarte con una nueva actividad o voluntariado. "Volver a la rutina siempre es más fácil si la llenamos de los buenos momentos que pueden proporcionarnos las actividades culturales, educativas y altruistas".

7. Aprovechar las rutinas

La rutina es un encadenamiento de hábitos que a fuerza de repetirlos, acabamos automatizando sin pensar. "Pero, para que se establezcan estos hábitos hay que "practicar" y muchas veces encontrarles espacio en nuestro día a día. Si las nuevas rutinas que podemos establecer al volver de vacaciones son positivas puede que hasta nos acabemos alegrando de que las vacaciones terminen", ha concluido el director.

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