Llegan las navidades, época de cenas y reuniones por antonomasia. Cenas de empresa, reuniones con amigos o familiares, sea cual sea la compañía, para muchas personas en todas estas reuniones hay un denominador común: el alcohol. No importa si es el vino de la cena, el chupito que acompaña al café o las copas de después, en un gran porcentaje de este tipo de eventos el alcohol, ya sea destilado o fermentado, hace su aparición en uno u otro momento. Hasta aquí no habría nada demasiado preocupante, pero la irresponsabilidad hace acto de presencia cuando, después de estos gaudeamus, siempre llega, antes o después, el momento de regresar cada uno a su respectivo hogar y, en muchas ocasiones, ello implica un desplazamiento en coche que puede ser el último si no se toman precauciones.
Y es que coger el coche habiendo cometido ciertos excesos puede ser sinónimo de hacerlo por última vez, o de que una persona ajena al asunto vea interrumpido su trayecto de manera fulminante antes de tiempo. Si bien durante estas semanas se multiplican las cenas familiares o de empresa y eventos de similares características, también lo hacen de manera proporcional los accidentes de tráfico como consecuencia de conductores alcoholizados o bajo efectos de sustancias estupefacientes. Desde la Fundación AVATA de Ayuda al Accidentado, Joseba Revidiego es claro: "Un accidente de tráfico no solo lo sufre el conductor que ha tenido el accidente, sino que también lo sufren sus familiares y amigos".
No obstante, también durante esta época del año se incrementa el control para que las ya de por sí terroríficas cifras de accidentes e incluso fallecidos al volante no se incrementen durante el periodo navideño. "Se está haciendo una buena vigilancia", indica Joseba. A pesar de ello, también desde la Fundación consideran que factor clave para prevenir los accidentes en la medida de lo posible es "0,0 al volante y ser consecuente". "Hay que ser consciente de que tus actos tienen consecuencias en mucha gente", sentencian.
"La Fundación AVATA está ahí veinticuatro horas para dar apoyo a las personas que han sufrido accidentes, o pérdidas", manifiesta Joseba Revidiego y pide cautela, precaución y responsabilidad a los conductores zamoranos. Hay huecos que son difíciles de llenar, pero el de una silla vacía en una cena de Navidad es de los que trascienden más allá de lo físico y horadan profundamente los corazones de los familiares y amigos que sufren este tipo de pérdidas, en muchos casos motivadas por irresponsabilidades.