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¡Silencio, se proyecta!… 25 años después

¡Silencio, se proyecta!… 25 años después

El próximo año, en 2016, el Ramos Carrión cumple 100 años. Fue en 1916 cuando uno de los edificios más emblemáticos de la capital zamorana se hacía realidad en el antiguo ‘patio del Hospicio’. Cuentan las crónicas de la época que una obra teatral de Jacinto Benavente tuvo el  honor de estrenar sus tablas: ‘La noche del sábado’. Unas tablas que con el paso de los años se convirtieron en una sala de cine. Una de las salas más emblemáticas de la capital junto a otras como los cines Barrueco, el cine Pompeya o el Arias Gonzalo, que han formado parte de la vida cultural y de ocio de los zamoranos.

Después de que millones de espectadores pasaran por esta sala del Ramos Carrión y de que miles de bobinas de películas atravesaran el carrete de alimentación del proyector, a finales de los años noventa el cine cerraba sus puertas. Una década de decadencia de un edificio que se hacía viejo y que se descomponía casi a la par que una provincia a la que le cuesta fijar población y rejuvenecer sus calles. Pero tras más de una década en la que el edificio llegó a rozar el estado ruinoso, la inversión de la Diputación Provincial de Zamora permitió recuperar el esplendor del Ramos Carrión.

Un Ramos Carrión que conserva su esencia, aunque su apariencia sea mucho más modernista dentro de una arquitectura más atrevida, propia del siglo XXI. En 2013 finalizaban las obras de esta infraestructura que aspira a ser, junto con el Teatro Principal, los dos principales puntos de referencia en cuanto a aglutinar la oferta cultural de nuestra capital. Desde 2013 hasta la actualidad, varios acontecimientos puntuales con la cultura como principal protagonismo.

Pero después de 99 años desde la inauguración del edificio, 25 años desde la proyección de su última película y 2 años desde su reapertura, el Teatro Principal volvió a ejercer de sala de cine. El proyector con la lámpara, la lente, la bobina, el carrete de alimentación, el de recuperación o el motor había caído en desuso después de tantos años. Y este sábado 5 de diciembre, por fin, el Ramos Carrión volvió a abrir sus puertas para ejercer como una sala cine.

La película que ayudó a desempolvar los recuerdos de muchos nostálgicos fue ’18 Comidas’. Un largometraje del gallego Jorge Coira premiado hace tres años por el Festival ‘Duero/Douro Film Harvest’. Un festival que durante estos días se celebra en la capital zamorana en un proyecto que podría traer más cine al Ramos Carrión en próximas ediciones.

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