Durante el último, los parados mayores de 55 años son los únicos que han aumentado, frente al retroceso generalizado en el resto de edades. De este modo, los desempleados de más de 55 años representan actualmente el 13% del total de parados, casi el doble que hace una década (7%).
El estudio revela que el 83% de los responsables de Recursos Humanos no contrató a ningún trabajador mayor de 55 años en el último año. Así, el 40% admite que la edad le genera dudas a la hora de contratar a trabajadores veteranos principalmente porque piensan que sus conocimientos estarán obsoletos; no encajarían en la plantilla de sus empresas porque la mayor parte de sus trabajadores son jóvenes y su absentismo será superior ante mayores problemas de salud.
Por su parte, el 45% de los reclutadores explica que no ha contratado a ningún trabajador mayor de 55 años en el último año porque no ha habido ofertas laborales para este grupo de edad.
Según advierte el estudio, los prejuicios a los que se enfrentan los 'seniors' tienen un impacto directo en su autoestima: el 90% opina que su edad le perjudica en la búsqueda de empleo y admite sentir inseguridad cuando acude a las entrevistas de trabajo. Tanto es así, señala la Fundación Adecco, que un 58% considera que no podrá volver a trabajar nunca.
El director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, ha subrayado que los prejuicios y estereotipos que rodean a este colectivo están "muy asentados en el imaginario social" y hacen mella en las empresas, dando lugar a situaciones de discriminación por edad.
"Resulta un absoluto contrasentido discriminar a un trabajador maduro en una sociedad en máximos históricos de envejecimiento, en la que la fuerza laboral senior va a ser la dominante y en la que la edad de jubilación tiende a incrementarse", ha añadido.