El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha exigido el fortalecimiento político y de medios y recursos del Ministerio de Sanidad para que deje de ser una institución con escasa capacidad en su conjunto para orientar la política sanitaria y de gestión y pueda, entre otras cuestiones, hacer frente a una pandemia de salud pública como la que estamos sufriendo con el Covid-19 y a otras posibles que tengan lugar en un futuro.
SATSE subraya que “la actual crisis sanitaria ha puesto en jaque no solo a nuestro sistema sanitario, sino que también ha cambiado nuestra sociedad según la conocíamos hasta ahora, arrastrándonos irremediablemente a una crisis social, laboral, empresarial y del Estado de Bienestar de la que nos costará mucho salir y no con pocos y nuevos sacrificios de todo tipo”.
El Sindicato de Enfermería afirma que el Estado de las Autonomías ha representado un inmenso avance para nuestro sistema sanitario, acercando la sanidad y la toma de decisiones en materia de salud a los ciudadanos, algo a lo que no solo no debemos renunciar, sino seguir fortaleciendo desde la mejora de su sistema de financiación y también de dotación de medios, recursos e infraestructuras de cara a mantener la seguridad y la calidad en la atención sanitaria y cuidados como la esencia para proteger cada día la salud de las personas.
Esta realidad, apunta SATSE, ha de ser compatible con un Ministerio de Sanidad que tenga el reconocimiento y el valor estratégico y político de otros ministerios como los de Interior, Hacienda o Justicia. “No olvidemos que la inversión en sanidad no es un gasto, sino una inversión en salud y bienestar para todos los ciudadanos”, afirma.
El Sindicato de Enfermería considera necesario que el Ministerio sea fortalecido de manera integral, y que en una situación de crisis sanitaria, como la actual u otras futuras, desarrolle una dirección única, coordinada y solvente, con la participación efectiva, indudablemente, de las comunidades autónomas. “El Ministerio de Sanidad debe ser el referente para la toma de decisiones y la coordinación, fortalecido por un auténtico Comité Científico compuesto por los mejores profesionales y donde sus decisiones prevalezcan sobre consideraciones políticas, como garantía ante la sociedad y ante los profesionales”, asegura.
”No se puede volver a repetir esta incomprensible descoordinación y disparidad de criterios y acciones en prácticamente todo (datos de contagio, fallecidos y personal sanitario infectado, protección de los profesionales, adquisición de material, aislamiento, medidas de flexibilidad para la población infantil, creación de nuevas estructuras, información, comunicación…)”, señalan desde la organización sindical.
Por otro lado, el Sindicato recuerda que en el Consejo Interterritorial del SNS, que está presidido por el Ministerio de Sanidad y lo configuran el conjunto de comunidades autónomas, la toma de decisiones no tiene carácter vinculante y, por tanto, lo acordado en el mismo difícilmente se lleva a cabo de manera igualitaria y consecuente cuando cada consejero o consejera vuelve a su comunidad autónoma.
Ante esta realidad, SATSE considera urgente acometer una reforma del reglamento de funcionamiento interno del Consejo Interterritorial para que las decisiones acordadas entre las comunidades autónomas y el propio Ministerio sean vinculantes para todas las autonomías, al menos, como base, si bien con la salvaguarda del espacio suficiente para implementar mejoras sobre dicha base en los distintos territorios autónomos. Según el Sindicato, de haberse llevado a cabo en su día esta reforma del reglamento, es muy probable que hubiese supuesto una verdadera ayuda en esta crisis sanitaria.
Por último, el Sindicato invita a la reflexión acerca de que nuestro SNS no puede seguir descapitalizándose, como ha ocurrido en los últimos doce años, ni tampoco puede seguir estando a la cola de Europa en dotación de camas, unidades de UCI, dotación de enfermeros y enfermeras, o dinero destinado por habitante y año para preservar y proteger la salud de cerca de 50 millones de personas. “Así no se preserva ni protege nuestro sistema sanitario, ni tampoco a los profesionales sanitarios que los hacen visible cada día”, concluye.