Para argumentar esta afirmación el sindicato ofrece algunos datos. El primero, una elevada destrucción de empleo entre los jóvenes. La tasa de paro de los menores de 35 años asciende al 47% y además, los menores de 35 años cobran 2,4 veces menos que el resto de los trabajadores. Además, el salario medio anual de la juventud es de 10.445,70 euros (746,12 euros mensuales) y las mujeres jóvenes cobran un 18% menos que los hombres, lo que supone 1.953,52 euros de diferencia. Una situación que les impide alcanzar una autonomía económica real y retrasa su emancipación, elemento desencadenante de exclusión.
Por otro lado, la falta de oportunidades de empleo ha hecho que un número cada vez más elevado de jóvenes se hayan marchado de España, dando lugar a un descenso paulatino de la población activa. Y quienes se quedan lo hacen con un empleo precario que gana terreno con más jornadas parciales y contratos temporales. Más del 44% de los contratos destinados a jóvenes son temporales. Además, para los menores de 35 años, la jornada completa se ha reducido en un 78% mientras que la jornada a tiempo parcial ha aumentado en un 13%, debido a que en esta reforma fomenta el contrato a tiempo parcial.
Finalmente, a un 37% de los jóvenes con jornada parcial, les gustaría aumentar sus horas de trabajo, principalmente en el grupo de edad de 25 a 34 años, de manera que este tipo de contratación no es la solución para los jóvenes.
Frente a esta complicada situación, UGT considera fundamental desarrollar un plan de choque para el empleo dirigido especialmente a jóvenes y parados de larga duración, un plan de apoyo a la industria, sector que ha perdido el 21% de su mano de obra desde 2008, otro plan de apoyo para la I+D+i e inversión pública y una dotación presupuestaria suficiente para que el mayor número de estudiantes tengan acceso a becas.