Los atragantamientos son muy frecuentes y por suerte, casi siempre se resuelven solos sin más problemas que haber pasado un mal rato. Pero a veces, un atragantamiento puede tener un desenlace fatal.
Cuando un poco de líquido o una miguita se van por el mal camino, lo normal es que el reflejo de la tos baste para limpiar las vías respiratorias. Los atragantamientos más peligrosos son aquellos en los que un cuerpo extraño de tamaño sustancial obstruye las vías aéreas total o parcialmente: un hueso, un trozo de carne, un pedazo de manzana… En el caso de los niños, el cuerpo extraño también puede ser un pequeño juguete o algo que han encontrado por el suelo.
En estos casos, recuerda que nunca debes tratar de extraer el objeto con las manos, pues sin querer podrías introducirlo más adentro. La forma de actuar depende de cómo se estén desarrollando las circunstancias.
Si la víctima puede toser
Si la víctima del atragantamiento puede toser, lo mejor es no intervenir para dejar que el reflejo natural de la tos haga su trabajo. En contra de lo que muchas personas creen, es muy importante no palmear la espalda de la persona atragantada si está de pie o sentada, pues el cuerpo extraño podría desplazarse aún más adentro.
Sin embargo, si la tos no está surtiendo el efecto deseado y la persona se debilita, puedes ayudarla a doblarse por la cintura e inclinarse mucho hacia delante, para darle a continuación algunas palmadas enérgicas entre los omóplatos. De este modo, si el cuerpo extraño se mueve, será hacia afuera y no hay peligro de que se encaje aún más en las vías aéreas.
Si estas medidas no funcionan, es hora de hacer la maniobra de Heimlich, que también procede cuando la víctima no puede toser. La OCU explica cómo hacerlo en niños mayores de un año o adultos.
Si la víctima no puede toser
Si la víctima no logra toser es porque sus vías respiratorias están totalmente obstruidas y corre peligro de morir por asfixia en pocos minutos. En estos casos, tienes que actuar con calma y rapidez, empezando por preguntarle a la víctima si se está ahogando. Si la respuesta es sí, dile que la vas a ayudar, para que no se asuste cuando la manipules.
La maniobra de Heimlich no es difícil. En el vídeo a continuación puedes ver cómo se hace en el caso más común, que es cuando la víctima está consciente, de pie o sentada, y tiene una complexión normal. Ahora bien:
-Si la víctima es una persona muy obesa o bien es una embarazada, hay que colocar el puño en mitad del esternón.
-Si la víctima está inconsciente y tumbada en el suelo, hay que colocarla boca arriba y sentarse a horcajadas sobre ella, practicando las presiones en el mismo punto y en la misma dirección, con las manos superpuestas y usando el talón de la mano que está debajo.
Puedes hacer un ensayo de la maniobra en casa, sin aplicar fuerza, simplemente para aprender a colocarte. Así estarás preparado si tienes que practicarla en alguna ocasión real.
Y recuerda: hay que hacer varias series de compresiones hasta que el objeto sea expulsado, mientras alguien avisa al servicio de emergencia 112 (si el atragantamiento se resuelve sin problemas, llama de nuevo para que no hagan el viaje en balde).
Maniobra de Heimlich
Si el atragantado eres tú
Si te atragantas, también hay varias cosas que puedes hacer para remediarlo. Si tienes la impresión de que se te ha "cerrado" la garganta por nada (una gota de saliva, un poco de polvillo aspirado del ambiente, incluso un olor como por ejemplo un disolvente), mantén la calma y respira normalmente por la nariz, para relajar el reflejo que hace a la epiglotis cubrir el acceso a la tráquea. Este reflejo natural se produce siempre que tragas, para impedir la entrada accidental de cuerpos extraños en las vías respiratorias. Si te tranquilizas, durará unos segundos.
Por lo demás, sigue estos consejos:
-Si te has atragantado con saliva, un poco de líquido o un cuerpo extraño pequeño, te dará tos. No trates de contenerla, al revés, tose con fuerza sin importar los modales.
-Si el cuerpo extraño no es pequeño pero está colocado de tal modo que te permite toser, tose inclinándote hacia delante y no dejes que te palmeen la espalda a menos que estés doblado por la cintura e inclinado.
-No te retires de la vista de las personas que haya alrededor, pues quienes hacen esto por guardar la compostura se encuentran luego sin ayuda si el atragantamiento se agrava, en vez de resolverse.
-Si no puedes toser, llévate las manos a la garganta para indicar que necesitas ayuda.
-Si estás solo y sientes que corres peligro de asfixia, es posible hacerse uno mismo la maniobra de Heimlich: coloca el puño sobre la parte superior del abdomen y cúbrelo con la otra mano, tal y como se explica en el vídeo. Después, busca un apoyo sólido como el borde de una mesa o el respaldo de una silla, y apóyate sobre él de modo que las manos presionen con fuerza y rapidez hacia dentro y hacia arriba.
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