Desde este jueves, el uso de mascarillas es obligatorio para las personas mayores de 6 años en "vía pública, espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público o que se encuentre abierto al público", siempre y cuando no se pueda mantener una distancia de al menos dos metros, tal y como recoge la orden publicada por el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Sin embargo, no toda la población tiene que utilizar mascarilla. Según el texto, existen una serie de excepciones a la norma. Concretamente estos cuatro supuestos:
1. Personas que presentan algún tipo de dificultad respiratoria que pueda verse agravada por su uso.
2. Personas en las que el uso de mascarilla resulte contraindicado por motivos de salud debidamente justificados, o que por su situación de discapacidad o dependencia presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización.
3. Personas que desarrollen actividades en las que, por su propia naturaleza, resulte incompatible el uso de la mascarilla.
4. Cuando existe una causa de fuerza mayor o situación de necesidad.
Tampoco será exigible su uso en menores de entre 3 y 5 años cuyo uso sí será recomendado.
La nueva orden no establece sanciones para los que infrinjan la norma, no obstante, las autoridades pertinentes podrían aplicar la Ley de Seguridad Ciudadana para sancionar las infracciones.
Las multas por desobediencia o resistencia a la autoridad podrían variar en función de las faltas: Las faltas leves se sancionan con multas entre 100 y 600 euros. Las faltas graves ascienden hasta los 30.000 euros y las muy graves a los 600.000, según se recoge en el artículo 39.
Para evitar este tipo de multas, lo recomendable sería llevar un justificante médico certificado que especifique el supuesto por el que la persona no puede llevar una mascarilla.