La Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (Secom-CyC) acaba de premiar a un joven médico zamorano por la comunicación sobre el “Uso de luz estructurada en cirugía reconstructiva de craneosinostosis’, presentada en el congreso nacional celebrado los días 16 y 17 del pasado mes de octubre de forma telemática y en el que se valoraba de forma especial el uso de las nuevas tecnologías en las intervenciones quirúrgicas.
Raúl Antúnez-Conde, de 28 años, fue el encargado de presentar el trabajo desarrollado por el Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario ‘Gregorio Marañón’, junto con el Servicio de Neurocirugía de ese mismo centro y el Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Carlos III de Madrid.
“El Congreso premió la comunicación científica pero el reconocimiento es para el trabajo desarrollado por todo un equipo”, puntualizó el médico galardonado, en declaraciones a la agencia Ical, en referencia al elenco de profesionales coordinados por el jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial, José Ignacio Salmerón, y por el responsable de sección, Santiago Ochandiano.
Raúl Antúnez-Conde, que estudió Medicina en la Universidad de Salamanca, reside desde hace cuatro en Madrid, donde hace la especialidad de Cirugía Oral y Maxilofacial en el Hospital Universitario ‘Gregorio Marañón’. “La craneosinostosis es un tipo de deformidad craneal registrada en uno de cada dos mil nacidos. Son alteraciones de la bóveda craneal que, aunque no está demostrado que tengan repercusiones neurológicas sí presenta graves secuelas estéticas y de crecimiento de estructuras craneofaciales”, explicó.
“Se hace una cirugía, junto con los neurocirujanos, que consiste en unas osteotomías, unos cortes en el hueso de la bóveda craneal y de la barra fronto-orbitaria para coloca los huesos en la posición adecuada, según la edad del bebé, que suele oscilar entre nueve y once meses en el momento de la cirugía”, añadió.
Para diseñar ese tipo de intervenciones es necesario un estudio preoperatorio que suele realizarse con una tomografía axial computarizada, circunstancia que se intenta evitar en pacientes de muy corta edad. “Es el típico escáner pero, en bebés, conlleva una irradiación que se prefiere evitar, si es posible. Por eso, hemos desarrollado el uso de una luz estructurada como escáner. Se trata de un patrón de luz que se proyecta sobre una superficie”, apuntó.
“Hay un software y un hardware con unos detectores especiales que reciben esa información de la luz reflejada sobre la superficie, de forma que se obtiene en tiempo real, con muy bajo coste y con unos resultados muy precisos, con un error inferior a un milímetro, el escaneo de la superficie del paciente. Así, se puede utilizar, junto con una navegación intraoperatoria, un reposicionamiento de los huesos en el lugar que previamente hayamos diseñado y se considere óptimo. Todo, sin irradiar a los niños”, subrayó.
En este contexto, Raúl Antúnez-Conde, quien recalcó que “no es un invento nuevo pero sí es un desarrollo poco habitual para este tipo de procedimientos”, anotó que el trabajo se hace en colaboración con la Universidad de Washington (Estados Unidos), con un equipo dirigido por el profesor Linguraru.
“Ha hecho estudios sobre tamaños y dimensiones del cráneo de los niños, según el momento de crecimiento y, en función de esos algoritmos y con estas planificaciones, estamos operando a nuestros pacientes”, expuso a Ical. “Con esta tecnología se ha operado a más de media docena de pacientes, todos, con éxito y un resultado extremadamente preciso”, concluyó.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios