La experta Pilar Burillo de la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, ha presentado en el Congreso Europeo por el Reto Demográfico celebrado el 18 de noviembre en San Pedro de los Majarretes (Cáceres) los criterios científicos empleados para visibilizar la situación de extrema despoblación de la Franja Céltica y las estrategias que deben seguirse para que esta SESPA sea receptora de fondos estructurales y de cohesión, así como de una fiscalidad diferenciada.
La exposición pública de la investigadora se ha realizado a petición de diversas asociaciones como A Raya/La Raya y Viriatos que vienen reclamando con urgencia que “El Gobierno de España debe declarar la Franja Céltica y la Serranía Celtibérica en situación catástrofe demográfica e incluirla en el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea 2021 – 2027 para que sea destinataria de una Inversión Territorial Integrada”.
En la cumbre Hispano-Lusa de 2018 en Valladolid se firmó un Memorando de Entendimiento entre los Gobiernos de España y Portugal, donde se acordó una «Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo», debido «a la intensificación de la despoblación y el envejecimiento en los territorios a ambos lados de la Raya (la frontera), siendo de los más elevados de la Unión Europea y con perspectivas demográficas
negativas a futuro».
Sin embargo, la situación demográfica es todavía más extrema de la que muestra este Memorando. Agrupando las entidades locales con criterios estrictamente científicos y siguiendo la legislación europea, la Franja Céltica ocupa el 32,39% de la zona transfronteriza hispano-lusa pero solo vive el 8% de su población, con una densidad media del 8,62 hab/km 2 . Por ello las asociaciones Viriatos y La Raya-A Raia, han
elaborado la Declaración de Urgencia de la Franja Céltica en la que se proponen los puntos más importantes que los gobiernos de España y Portugal deben acometer con apremio ante la Unión Europea para salvar este amplio territorio del devastador proceso de despoblación.
El estudio realizado sobre la zona española de la Franja Céltica ha evidenciado un territorio que, limitado por la Vía de la Plata, se extiende por las provincias de Ourense, León, Zamora, Salamanca, Cáceres y Badajoz, ocupa por lo tanto las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León y Extremadura. Agrupa 517 municipios, su extensión es de 30.528,53 km2, similar a Bélgica o cuatro veces superior a Canarias, pero solo tiene un censo de 241.324 habitantes, lo que da una densidad de 7,90 hab/km 2.
El proceso de despoblación de la Franja Céltica española es estremecedor, pues en 1950 contaba con 730.915 habitantes y si inicialmente la gente emigraba buscando mejores condiciones de vida ahora desciende la población sobre todo por defunciones, su situación actual no puede ser más extrema. En la actualidad tiene un índice de envejecimiento del 525,40%, el mayor con creces de toda Europa, lo que unido a la falta de relevo generacional augura la “extinción del ser humano” en gran parte de su territorio en la próxima década. Por ello la Franja Céltica, junto con la Serranía Celtibérica, las dos únicas zonas muy escasamente pobladas de España, por tener menos de 8 hab/km 2, deben ser declaradas de forma urgente en Consejo de Ministros en situación de Catástrofe Demográfica.
La Franja Céltica debe ser destinataria de una Inversión Territorial Integrada
El Parlamento y el Consejo de la Unión Europea han publicado el 24 de junio de 2021 el Reglamento (UE) 2021/1060 donde se establece los criterios de reparto de los 414.477 millones de euros correspondientes a los Fondos de Desarrollo Regional y Social Plus. Y establece que los Estados Miembros deben presentar antes de final de año el Acuerdo de Asociación para el periodo 2022 – 2027 donde se recoja los criterios empleados en el destino de estos Fondos.
La base jurídica en que se fundamenta este Reglamento es el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, cuyo objetivo es reforzar la cohesión económica, social y territorial de las zonas desfavorecidas. Sin embargo solo se aplica a las ultraperiféricas y a Laponia según el Protocolo número 6 del Acta de Adhesión de 1994, donde se establece como zonas muy escasamente pobladas aquellas que tienen menos de 8 hab/km 2 . Por lo tanto, la Franja Céltica por cumplir este requisito y ser además zona rural, montañosa y transfronteriza tiene que tenerse en cuenta en el reparto de estos Fondos.
La cantidad mayor del Fondo de Desarrollo Regional va destinado a las regiones, que se clasifican tomando como referencia el PIB per Capita medio de la Unión Europea que es de 30.150 euros. Las regiones menos desarrolladas son aquellas cuyo PIB per Capita es inferior al 75% de la media europea, y son las que reciben la mayor cantidad de fondos, 202.227 millones de euros. La Franja Céltica por tener un PIB per Capita de tan solo 13.695 euros debe considerarse como región menos desarrollada y ser finalista de estos fondos.
Además, este Reglamento establece que los Estados Miembros deben promover las Estrategias de desarrollo territorial, para lo cual han de definir la zona geográfica, en nuestro caso la Franja Céltica, donde según el artículo 174 se debe aplicar una Inversión Territorial Integrada, de forma que puedan agruparse todos los fondos europeos. Deben promover, así mismo, el desarrollo local participativo y dar un papel predominante a los grupos de acción local.
También indica que cada Estado Miembro organizará el sistema de Gobernanza multinivel para la ejecución de esta Inversión Territorial Integrada, fundamentado en cuatro pilares: las autoridades públicas, regionales y locales; los socios económicos y sociales; las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones de investigación y universidades.