Unión del Pueblo Leonés ha dado a conocer que, a lo largo de los años, particulares como empresas han ido derribando antiguos edificios de la ciudad ya sea porque no estaban en condiciones óptimas como para construir nuevos edificios en el solar que iban a dejar libre. “Esas acciones están muy bien tanto para una mayor seguridad del transeúnte como para dar una mejor imagen de la ciudad, pero creemos que no es suficiente”.
La formación señala que en los barrios de la ciudad hay todavía edificios, naves industriales… que se encuentran en desuso desde hace más de quince años y que no se encuentran en las mejores condiciones. “Nos centramos en unas naves situadas en el barrio zamorano de Pinilla, que en su día fueron concesionarios de distintas casas automovilísticas como Toyota y que hasta hace unos años había curiosos que entraban dentro suponiendo un riesgo para su integridad física ya que podrían cortarse al entrar o podría habérseles caído el techado encima porque recalcamos, no está en buenas condiciones; ello cambió con unas chapas metálicas puestas por dentro de las cristaleras, tanto para evitar la entrada de terceros como para evitar al menos las miradas curiosas que intentarían tratar de ver qué había dentro de esas naves”.
Actualmente, la nave está cerrada a cal y canto pero el aspecto exterior es de dejadez y de abandono total, implicando toda una serie de peligros para el viandante como desplomes de parte del edificio (en especial de parte de las chapas que conforman el alfeizar de la fachada de la nave), caída de alguno de los cristales del escaparate (no se encuentran en buen estado y pueden acabarse cayendo hacia la acera) o cuando menos que una paloma defeque sobre algún viandante. Dichos animales, se cuelan y anidan en la parte del alféizar dado que la chapa tiene rotos lo suficientemente grandes como para que entren volando por ellos, lo cual supone un riesgo para la salud ciudadana, porque bien es sabido que las palomas son consideradas como “las ratas del aire”, más aún cuando ahí han llegado a concentrarse bien a gusto una quincena de palomas y pichones en época de cría.
Por ello, UPL recuerda al consistorio zamorano que “bien de oficio o bien de instancia de algún interesado, puede dictar órdenes de ejecución que obligará al propietario o a los propietarios del inmueble a efectuar en él las obras necesarias para reponer o reparar en los bienes inmuebles las condiciones derivadas de los deberes de uso y conservación de acuerdo al artículo 106 de la Ley 5/1999 de Urbanismo en la Comunidad Autónoma en la que nos hayamos y 319 de su Reglamento”. Por ello, practicada la inspección por parte de los técnicos municipales, el Ayuntamiento puede determinar la necesidad de efectuar obras en la edificación y dictar una orden de ejecución que deberá ser cumplida por el propietario del inmueble habiendo en caso de incumplimiento un doble efecto:
- En primer lugar la incoación de expediente de infracción urbanística
- En segundo lugar la ejecución subsidiaria de las obras ordenadas.
Todo propietario de un inmueble tiene el deber de conservarlo en condiciones óptimas, pero este cesa con la ruina declarada del edificio por parte del Ayuntamiento de la localidad. Por ello, al existir una edificación que supone un peligro para la seguridad pública, el alcalde debe ordenar a los técnicos municipales una visita de inspección de la que puede resultar o bien la iniciación de expediente de ruina o bien que sea dictada una orden de ejecución para que el propietario del inmueble lleve a cabo las obras que sean necesarias para mantener en condiciones de seguridad y salubridad el inmueble. Es necesario apuntar que la ruina tiene un carácter objetivo, por lo que basta la petición, cualquiera que sea su fundamento, para que si realmente existe se declare, siendo indiferente las causas que la provocan.
Por ello, desde UPL Zamora solicitan que sea inspeccionado el edificio y se realicen las actuaciones oportunas sobre el mismo, aunque consideramos que lo más sensato y lo que “evitará males mayores” será el derribo del edificio antes de que haya que lamentar daños en algún ciudadano o en algún vehículo (como la grúa que se ve en la imagen) que estacione junto al inmueble.