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Personas Altamente Sensibles: ¿mito o realidad?

Últimamente se habla mucho de las personas altamente sensibles (PAS), una etiqueta relativamente reciente que, sin embargo, no está exenta de claroscuros.

Personas Altamente Sensibles: ¿mito o realidad?

¿Qué es la Personalidad Altamente Sensible?

Las personas altamente sensibles son las que tienen un rasgo de personalidad específico llamado Personalidad Altamente Sensible o PAS. No se trata de un problema psicológico, ni de un trastorno de personalidad, sino de una forma de ser: una personalidad más sensible y expuesta a percibir información y estimulación interna y externa.

Las personas con una Personalidad Altamente Sensible poseen, según indican sus defensores, un cerebro PAS, es decir, un “cableado neurológico” y un sistema nervioso más proclive al procesamiento minucioso de la información y, en consecuencia, a la sobreestimulación.

El origen del PAS

El término Personas Altamente Sensibles o Personalidad Altamente Sensible deriva del inglés Highly Sensitive Person (HSP), un término acuñado por la doctora estadounidense Elaine Aron (y posteriormente acompañada por su marido, Arthur Aron), quien, a través de su práctica clínica, descubrió este rasgo de personalidad. A partir de ahí publicó diversas obras: a su primer best seller sobre el tema, El don de la sensibilidad, le siguieron otros muchos sobre niños altamente sensibles, las relaciones de pareja para personas PAS

El término PAS se ha ido popularizando progresivamente hasta ahora, cuando incluso podemos encontrar con facilidad test online que permiten la identificación del rasgo y los subtipos. 

¿Cómo es una Persona Altamente Sensible?

Cualquiera puede ser PAS. De hecho, según cálculos derivados de los trabajos de observación clínica de la doctora Aron, hasta un 20% de la población mundial sería PAS, sin predominancia de género, aunque las mujeres tienden a identificarlo y comunicarlo más abiertamente que los hombres.

Además, diversas fuentes indican que se trata de un rasgo de personalidad con un componente hereditario. Según esto, por lo tanto, si se observara que un niño pudiera ser PAS, es posible que su padre o su madre también lo sean.

4 Pilares de la personalidad PAS

  • Tener un procesamiento profundo de la información.
  • Tener una intensa emocionalidad y empatía.
  • Tener los sentidos más desarrollados o sensibles.
  • Y una tendencia a la sobreestimulación.

Rasgos de una persona PAS

PAS no se tiene, sino que se es:

  • Identifican con facilidad las sutilezas de lo que les rodea. Tienen una mayor empatía
  • En entornos con gran carga sensorial, con gran estimulación (luces, olores fuertes, música alta) se sienten incómodos, se bloquean o agobian con más facilidad.
  • Experimentan las sensaciones, emociones y sentimientos más intensamente.
  • Mayor creatividad y necesidad de expresión personal, mayor sensibilidad hacia las expresiones artísticas.
  • Suelen ser personas poco impulsivas. 
  • En general tienen mayor tendencia a la reflexión y la rumia.
  • Disfrutan de la soledad o la tranquilidad.

Insistimos: no es un trastorno de personalidad ni es sinónimo de ser introvertido o neurótico. Aun sin ser algo patológico o problemático per se, en estos entornos se advierte de lo importante que es aprender a identificar y gestionar los rasgos individuales de cada uno para evitar que desemboque en problemas de ansiedaddepresión, o de autoestima.

Ser PAS, ¿una realidad o un invento?

Muchas personas pueden verse identificadas con estos rasgos típicos de una personalidad PAS: en estos rasgos de las Personas Altamente Sensibles caben muchas personas, apenas discrimina, y contar con una "etiqueta" que justifique o explique determinadas necesidades o dificultades, puede aliviar o directamente resultar cómodo.

Lo cierto es que es el rasgo PAS se ha definido a partir de la observación clínica: a día de hoy no hay una evidencia sólida que lo sostenga y no ha sido aceptado por la comunidad científica

Cuidado con la mercantilización de enfermedades

¿Estamos ante otro ejemplo de "etiqueta psicológica" sin nada detrás? ¿Otro caso de psicología pop (como algunos definen a la banalización y simplificación de la ciencia psicológica)? Pues todo parece indicarlo así, el que alrededor de estos nuevos conceptos proliferen distintos productos destinados a paliar el supuesto problema: cursos, libros, talleres, sesiones de oaching o terapia, etc. nos hace estar alerta frente y desconfiar.

Con estas nuevas etiquetas de origen incierto se busca a menudo mercantilizar la salud. Nuestra recomendación es que, a falta de evidencia y consenso en la comunidad científica, no creas a pies juntillas esas recomendaciones que, además de rebajar los umbrales diagnósticos y crear confusión, pueden llegar a hacerte perder tu tiempo y tu dinero

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