¿Cuántos zamoranos vienen cada día al solarium?
Depende de la época, ahora en invierno baja el número de clientes, aumenta de cara a la primavera e igual un día de verano podemos dar 200 sesiones. En mayo empezamos con las comuniones y en junio, julio y agosto estamos a tope. Hay mucha gente que no puede coger vacaciones cuando quiere y es cierto que a uno le gusta estar moreno en verano.
¿Pero se puede compatibilizar los rayos de sol naturales con los rayos UVA?
Sí, aunque no es recomendable tomar sol y solarium el mismo día. Cualquier persona puede venir al solarium sin haber tomado el sol natural ese mismo día y al día siguiente ya puede exponerse a los rayos de sol naturales. Es más, se potenciaría el efecto del sol natural.
¿Cuál es el perfil medio del cliente habitual?
Hay gente desde los 18 años, edad a partir de la que se puede iniciar a tomar sesiones, y hasta los 80 años más o menos. Predomina el género femenino aunque también vienen señores muy mayores.
¿Por estética o por recomendación médica?
De todo. Unos por la imagen y otros porque de cara a verano preparan un poco la piel para que las primeras exposiciones al sol natural no sean tan bruscas.
¿Para qué enfermedades está recomendado un tratamiento de rayos UVA?
Psoriasis y vitíligo suelen ser las más frecuentes. Cuando un paciente de estas características nos lo comenta, le orientamos y le hacemos un tratamiento más acorde a su fototipo de piel bajo supervisión del dermatólogo. Este tipo de pacientes están muy contentos ya que notan una gran mejoría.
¿Cuáles son los beneficios del solarium?
Aparte de la estética, principal motivo por el que acuden los pacientes, también uno se ve más guapo y el estado de ánimo mejora. Pero sobre todo, una de los características más importantes de los Rayos UVA es que ayuda a fijar la vitamina D mediante el proceso de síntesis llamado fotobiogénesis, vital para el calcio y los huesos, ayudando a mejorar los tratamientos de reuma y a evitar la osteoporosis. La vitamina D se puede adquirir a través de la alimentación o por el sol y, según los expertos, se pierde un 40% de vitamina D por la no exposición al sol. Además, el calor seco también ayuda a los músculos. Parece que la gente simplemente viene por verse más guapa pero realmente sí que tiene múltiples efectos beneficiosos para la salud.
¿Qué mecanismos siguen las máquinas?
Las cabinas, tanto las horizontales como las verticales, siempre están programadas con una intensidad medida regulada a través de unos tubos. Las máquinas de solarium siguen controles exhaustivos tanto por técnicos de nuestra empresa como por empresas externas, quienes revisan las lámparas, garantizando de esta forma una total seguridad. Además, nosotras a través del ordenador controlamos la vida media de las lámparas, que varía dependiendo de su uso, pero está todo medido, tanto en tiempos como en intensidades.
¿Qué diferencia existe entre las cabinas horizontales y las verticales?
Tienen diferente tipo de tubo, la máquina horizontal emite rayos ultravioleta B y te ayuda a activar y a estimular la mayor cantidad de melanina así como a fijar el color para que dure más tiempo. Además, viene reforzada con una lámpara que es específica para que nos dé mayor tono en la zona de la cara y en el pecho. En la cabina vertical los rayos son del tipo ultravioleta A y como no hay ningún tipo de apoyo, no deja marca por ninguna parte del cuerpo y oscurece la melanina que hemos activado en la horizontal.
¿Hay diferentes tipos de tratamiento para cada cliente?
Son los mismos rayos pero las intensidades pueden medirse. Hay fototipos más sensibles a los que no se les recomienda la exposición de rayos UVA o con los cuales hay que tener mayor precaución, como por ejemplo las personas muy pelirrojas con muchas pecas. De todas formas, la gente que suele venir tiene un fototipo que responde bien a las sesiones, las cuales vamos aplicando progresivamente.
¿Cuántas sesiones están recomendadas como máximo al año?
Según la Organización Mundial de la Salud no se debe de pasar de 30 sesiones al año, equivalentes a unos 100 minutos, aunque no hay criterio unificado porque otros organismos dicen que 20 exposiciones. Los clientes pueden elegir entre sesiones que van desde los 7 minutos hasta los 14. Todo es bueno en su cierta medida si no se abusa.
¿Se interesan los clientes por las características del tratamiento, los riesgos etc.?
Sí, sobre todo por los medicamentos. Deben tomarse las precauciones necesarias en los periodos de tratamiento de ciertos medicamentos, entre otros, antibióticos, somníferos, antidepresivos, antisépticos locales o generales. Estos aumentan la sensibilidad a las radiaciones así como los cosméticos. Muchos otros nos preguntan que si se pueden duchar porque dicen que si se lavan después de darse una sesión se les quita el moreno, pero no, eso es un mito o una leyenda urbana. El moreno de los rayos UVA no se quita, es tu propia melanina la que ha subido, se ha estimulado y se ha coloreado. No es que hayamos echado ningún pigmento ni nada.
¿Qué diferencia hay entre los rayos UVA y los productos autobronceadores?
Los autobronceadores son inocuos para la piel pero te pueden provocar marcas y manchas. Lo que hacen es colorear la piel, es como si fueran tintes, entonces el producto va destiñando al igual que se quita el tinte del pelo.
¿Qué precauciones hay que tener antes de una sesión?
Durante la sesión hay que protegerse los ojos con unas gafas y además hay que venir con la piel limpia, sin restos de productos de maquillaje, ni colonias, ni desodorantes, ni ‘after save’. Además, como ya hemos dicho, no conviene estar tomando medicamentos que sean fotosensibles, sobre todo entran en este grupo los corticoides y los antibióticos. Tampoco está recomendado, por no decir prohibido a las mujeres embarazadas.
Y después de una sesión, ¿qué consejos se deben de tener en cuenta?
Hidratarse, simplemente e importantísimo.