Se cumple la primera semana de campaña y las posiciones cada vez están más claras. Fieles a lo que marca su organización a nivel nacional, los candidatos locales se encargan de repetir el mensaje y de atacar las posiciones de sus principales contrincantes. PP, PSOE, Unidos Podemos y, en menor medida, Ciudadanos, se disputan tres escaños en la provincia, pero sus miras están puestas, principalmente, en lo que suceda en el conjunto del país.
En el caso de los populares, la campaña ha sido intensa en estos primeros días. Y lo seguirá siendo. En ausencia de una visita de Mariano Rajoy, la presencia de Martínez-Maíllo, acompañado por rostros conocidos del partido, está siendo una constante. De momento, ya han aparecido por la capital Núñez Feijóo, Juan Vicente Herrera o Íñigo Méndez de Vigo. Si nada se tuerce, pronto lo hará, en este caso en la provincia, Isabel García Tejerina.
Todos ellos abundan en un mensaje que sitúa a Mariano Rajoy como la única persona capaz de gobernar el país. Los responsables populares inciden constantemente en la falta de experiencia de Sánchez, Iglesias y Rivera, y apuntan que el camino de reformas emprendido en los últimos cuatro años y medio es el único posible para abandonar la crisis de una vez por todas. Además, convencido como está de que la suya va a ser la lista más votada, Maíllo ya ha pedido en varias ocasiones que todos los partidos se comprometan a dejar formar gobierno a quien obtenga un mayor número de apoyos en las urnas.
En el caso del PSOE, la idea de la pinza entre el Partido Popular y Unidos Podemos sigue ganando fuerza. Los socialistas están ubicados entre la defensa de su posición, ante el avance del proyecto de Pablo Iglesias, y la necesidad de actuar para intentar minar la fuerza de Mariano Rajoy. De ahí que el ataque vaya hacia ambas direcciones, también en la provincia, donde Mar Rominguera y José Fernández, que han recibido la visita de Antonio Hernando como apoyo principal, están criticando duramente la política económica del Gobierno. Especialmente en zonas como Zamora, donde la despoblación sigue haciendo mella. Tampoco pierden ocasión, sobre todo la candidata al Congreso, de censurar el cambio que propone la formación morada.
Sin embargo, Unidos Podemos apenas está dirigiendo la vista hacia el PSOE. Si acaso para insistirle que, en el caso de que haya que volver a negociar un posible gobierno de izquierdas, los socialistas tengan clara su posición y no apoyen un hipotético pacto a tres con el Partido Popular y Ciudadanos. Sin más visitas que la del secretario regional, Pablo Fernández, y sin el apoyo palpable de los rostros conocidos de Izquierda Unida en Zamora, Braulio Llamero y los suyos se están dedicando a reclamar el cambio desde abajo para tumbar las políticas económicas y sociales de Rajoy. El candidato ya ha dicho en más de una ocasión que le gustaría entrar al Congreso llevándose por delante uno de los escaños del PP.
Finalmente, Ciudadanos tampoco está recibiendo apenas apoyo presencial de sus líderes nacionales. La visita más destacada ha sido la de Pablo Yáñez, diputado nacional por Salamanca, que hizo hincapié en un mensaje que también está siendo muy repetido por Albert Rivera, el del cambio "sensato" frente al "radicalismo" de Unidos Podemos. Las críticas de la formación naranja al PP se centran, más que en el modelo económico, en la corrupción, un asunto en el que tienden a mostrar dureza contra el Gobierno actual.
Así las cosas, y con una previsiones que apuntan a que el resultado del 20-D en la provincia podría repetirse en esta ocasión, los partidos afrontan ahora una semana más de campaña, con la intención de hacer calar su mensaje en un electorado que espera, sobre todo, que esta sea la última vez que haya que pasar por las urnas en mucho tiempo.