Primer domingo después del Corpus y los barrios de la capital que, pese a la lluvia, se vestían con sus mejores galas para acoger las procesiones del Santísimo Sacramento. Los niños y niñas de cada parroquia que este año tomaban la primera comunión salían a la calle para formar las diferentes comitivas. Este año, la ilusión de los más pequeños era mayor, ante la imposibilidad de procesionar en el Corpus el pasado fin de semana.
Olivares, Espíritu Santo o San Frontis fueron solo algunos de los muchos barrios que vivieron hoy esta tradición. Primero con la celebración de la Santa Misa y posteriormente con la procesión que recorría las calles de cada una de las zonas a las que corresponden las diferentes parroquias.
Pese a la lluvia de todos estos días, algunos vecinos decidieron adornar portales y balcones con flores, plantas aromáticas, altares, reposteros, colgaduras y velas, aunque los chubascos obligaron, en la mayoría de los casos, a que las procesiones se hicieran de manera más ágil y en algunos barrios con un recorrido algo más limitado.