Zamora vivió este domingo, 22 de diciembre, uno de los momentos más especiales de la Navidad: la octava edición de la "Papanoelada Motera". Decenas de moteros, con sus motos vestidas para la ocasión y el corazón lleno de espíritu navideño, transformaron la ciudad en un auténtico festival de color, ruido y solidaridad.
Desde primeras horas de la mañana, la Plaza Mayor se convirtió en el punto de encuentro para participantes y curiosos. Villancicos, sonrisas y motos decoradas con luces, renos y gorros de Papá Noel se adueñaron del lugar, creando una atmósfera mágica que recordaba lo mejor de estas fiestas: compartir.
Además de ser un espectáculo visual, la "Papanoelada Motera" tiene un objetivo noble: recaudar donaciones para el Banco de Alimentos de Zamora. Este gesto solidario es ya una seña de identidad del evento, que ha conseguido reunir ayuda para muchas familias necesitadas en estas fechas tan especiales.
La ruta urbana arrancó a las 12:30 horas, con un desfile que recorrió algunas de las calles más emblemáticas de la ciudad. Los zamoranos, pequeños y mayores, salieron a las calles para aplaudir, hacer fotos y, sobre todo, contagiarse del ambiente festivo que los moteros llevaron a cada rincón.
Con esta octava edición, la "Papanoelada Motera" se consolida como una de las tradiciones más queridas de la Navidad zamorana. Y es que, año tras año, este evento demuestra que, cuando el rugir de los motores se mezcla con la generosidad, el resultado es pura magia.
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