"Para nosotros lo fundamental es el protagonismo de la gente, hemos tenido unas primarias en las que han participado 33.000 personas porque eran abiertas y fue un récord en Europa. Gracias a eso tenemos una lista que no sólo es una fotografía del país, sino que está formada por gente que no se ha dedicado a ganar dinero en consejos de administración, sino que es una lista de los mejores, con gente que ha conseguido con esfuerzo lo que tiene, que se ha ganado la vida a base de trabajar", ha explicado Iglesias sobre sus compañeros de lista electoral.
Podemos ha irrumpido con fuerza en el panorama político nacional, recogiendo parte de la demanda de una alternativa más en la izquierda. Algo que satisface a Pablo Iglesias, que escapa de hablar de posibles resultados, "porque no nos vamos a poner techo, las encuestas dicen que estamos presentes, pero no la vamos a tener en cuenta. La final de la Champions no la va a decidir ninguna encuesta, hay que jugar el partido y nosotros queremos jugar este. Sabemos que lo vamos a tener difícil porque los grandes partidos tienen una maquinaria fuerte, tienen muchos recursos económicos, tienen amigos poderosos, constructores que les financian, pero nosotros tenemos a la gente y vamos a por todas, no salimos a empatar ni a meter el gol de consuelo, salimos a ganar y a ver lo que pasa".
Respecto al futuro de Podemos más allá del horizonte de las Elecciones Europeas del día 25, Iglesias no cierra las puertas a un posible acuerdo de coalición con formaciones como Izquierda Unida, pero plantea posibilidades abiertas para Podemos. "Yo soy de izquierdas, y la unidad de la izquierda es una cosa importante, pero hay algo más importante que es la unidad popular. Hay mucha gente que piensa que poner unas siglas en la parte alta de un cartel transmite una situación social, y hay que crear mecanismos para que esa unidad vaya mucho más allá de los que somos de izquierdas y nos podamos construir en un instrumento útil para la gente, la izquierda no puede ser una religión, tiene que ser algo útil para los de abajo".
"No estamos en un momento en el que lo fundamental sean las etiquetas, sino que la defensa de la decencia, de la democracia y la soberanía es una cosa que une a una mayoría social, que queremos convertir en mayoría política y electoral. Y quiero que la izquierda esté en ese proceso, pero tenemos que dejar de mirarnos al ombligo y escuchar a un país que nos está diciendo que quiere cambiar las cosas, queremos dignidad, que eso es aún más importante que la unidad de la izquierda", ha concluido.