Tras la polémica suscitada en torno a la celebración del Corpus Christi, era esperada la homilía del Obispo de Zamora, Gregorio Sacristán, quien no dejó indiferente a nadie.
El Obispo se dirigía, entre otros temas, a la gente joven de las Cofradías de Semana Santa, lanzando un mensaje de colaboración y de cooperación con los proyectos sociales de la Iglesia como Cáritas o Manos Unidas. No obstante, Sacristán reconocía que en Zamora Cáritas “funciona bien”.
No dirigió ningún mensaje en torno al cambio de lugar de la celebración hasta el final, cuando de manera indirecta recordaba a todos los presentes en la Plaza de la Catedral que “nadie podrá decir que somos una minoría exigua” e finalizaba diciendo: “No temáis a nada, ni a nadie”.