"El Convenio puede suponer una herramienta importante para avanzar en la erradicación de la violencia y acoso en el mundo del trabajo, con la posibilidad de cubrir lagunas que existen en el ámbito de aplicación, por ejemplo, a través de dar cobertura a sectores más vulnerables y desprotegidos actualmente como son las trabajadoras domésticas", ha subrayado Joaquín Nieto este miércoles 3 de julio en rueda de prensa.
La Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) del Centenario que tuvo lugar del 10 al 21 de junio en Ginebra adoptó este nuevo Convenio sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, que pasa a ser el Convenio 190 de la Organización, y una Recomendación que lleva el número 206.
En la votación para la adopción del Convenio se emitieron 439 votos a favor y 7 en contra, y se produjeron 30 abstenciones. La Recomendación se aprobó con 397 votos a favor, 12 en contra y 44 abstenciones.
La directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT, Manuela Tomei, ha comentado que "sin respeto, no hay dignidad en el trabajo y, sin dignidad, no hay justicia social". Es la primera ocasión en la que se adoptan un Convenio y una Recomendación sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo.
"Sabemos las medidas que hay que aplicar para evitar y abordar este problema, y quién debe adoptarlas. Esperamos que las nuevas normas contribuyan a forjar el futuro del trabajo que todos anhelamos", ha subrayado.
En el Convenio se reconoce que la violencia y el acoso en el mundo del trabajo "pueden constituir un incumplimiento o una inobservancia de los derechos humanos y poner en riesgo la igualdad de oportunidades, y que son inaceptables para lograr un trabajo decente, e incompatibles con este".
La "violencia" y el "acoso" se definen como comportamientos, acciones o amenazas "que tengan por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico".
Por otro lado, se recuerda a los Estados Miembros que tienen la responsabilidad de promover un "entorno general de tolerancia cero". Según indica la OIT en un comunicado, el Convenio, al que algunos de los delegados se refirieron, informalmente, como la respuesta al 'MeToo' en el ámbito laboral, tiene un valor "único" para poner fin a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, incluidos la violencia y el acoso por motivos de género.
Entre las novedades que presenta, destaca el ámbito de aplicación pues la nueva norma internacional protegerá a trabajadores, con independencia de su situación contractual, incluidas las personas que realicen actividades de capacitación, pasantías y formación profesional, los trabajadores cuyo contrato se haya rescindido, las personas que realicen labores de voluntariado o busquen trabajo, y los solicitantes de empleo.
En virtud de la norma, también se reconoce que "individuos que ejercen la autoridad, las funciones o las responsabilidades de un empleador" también pueden ser objeto de casos de violencia y acoso.
NO SOLO DENTRO DEL LUGAR DE TRABAJO
La norma será de aplicación ante las situaciones de violencia y acoso que ocurran dentro del trabajo, en relación al trabajo o como resultado del mismo. En concreto, considera los lugares en los que se remunere a un trabajador, realice recesos para descansar o comer, use instalaciones sanitarias, de lavado o de cambio de indumentaria; viajes, desplazamientos, programas de formación, eventos, y desplazamientos desde y hasta el lugar de trabajo.
Asimismo, recoge las situaciones de acoso y violencia que se producen a través de las tecnologías de la información y la comunicación.
El director de la Oficina de la OIT para España, Joaquín Nieto, ha indicado que "con este Convenio se sitúa al lugar de trabajo como un espacio central de socialización y de transformación social para conseguir los cambios culturales necesarios para vivir en sociedades libres de violencia y acoso".
Los convenios son instrumentos internacionales jurídicamente vinculantes, al tiempo que las recomendaciones proporcionan asesoramiento y orientación. El último Convenio adoptado fue el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos de 2011 (núm. 189), que actualmente cuenta con 29 ratificaciones de Estados Miembros.
El Convenio entrará en vigor 12 meses después de que dos Estados miembros lo hayan ratificado. Su aplicación supondría una contribución efectiva para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular de la meta 5.2: Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, ha mostrado su apoyo al convenio este jueves en la apertura del Curso de Verano de la Universidad Complutense de Madrid '¿Qué esconden las brechas de género en el trabajo? Propuestas para la equidad', coorganizado por la Oficina de la OIT.