El montaje de belén sigue siendo con el paso de los años una de las costumbres más arraigadas en el seno de las familias españolas que, como manda la tradición, utilizan el puente de la inmaculada para dar comienzo de forma oficial a las fiestas navideñas con la instalación de sus particulares representaciones del nacimiento.
‘’No hay dos belenes iguales’’ es la frase con la que resume Francisco Iglesias, presidente de la Agrupación Belenista de La Morana, una expresión cultural que recientemente ha conseguido la declaración de manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial por parte del Ministerio de Cultura.
La Morana es la asociación belenista más representativa de Zamora y una de las más importantes a nivel nacional e internacional. En este 2022 han sido los encargados de realizar el montaje del belén de la Diputación y el del Ayuntamiento. Dos montajes de un mismo episodio religioso con sendas peculiaridades, tal y como nos explica Francisco Iglesias: ‘’En el Ayuntamiento además del belén que hemos instalado hay una pequeña muestra de unas figuras que nos ha cedido una familia zamorana que ya no monta su belén y que pasa a engrosar esas colecciones que tenemos de nacimientos y belenes que se van a utilizar para que todo el mundo pueda verlas. También aprovechamos ese juego sobre la vista del rio y este año a través de una ventana que me parece un guiño bonito’’.
Por su parte, Verbum ‘’siempre es una apuesta un poco más ambiciosa porque el nacimiento tiene una envergadura importante y la sala de exposiciones tiene un tamaño que te permite jugar a una escala mucho mayor. Esto, no obstante, puede jugar a favor o en contra porque imaginas una cosa y luego puede que no sea así. La sala es complicada, es una iglesia barroca de un antiguo hospital, hay una serie de elementos como la propia arquitectura, la distribución de las naves o el retablo que cualquier cosa no le vale ni le pega y la cosa se complica. En la Diputación hay un montaje audiovisual que lleva una tremenda preparación de iluminación, sonorización y escenografía.’’
Una apuesta que ha llevado a la agrupación a montar la representación más larga en sus casi 25 años de historia, con una longitud de veinte metros.
En la actualidad, el belenismo goza de una buena salud con la que proliferan cada vez más asociaciones y más montajes fruto del trabajo de agrupaciones pioneras como La Morana, fundada en 1999 por un grupo de aficionados que ‘’querían que en Zamora se moviera el tema del belén al estilo de otras ciudades con gran prestigio como Madrid o Sevilla’’.
Satisfecho, Francisco Iglesias señala que el resultado del trabajo hecho durante todos estos años es palpable entre la sociedad zamorana: ‘’Cada vez hay más belenes y cada vez hay más colectivos que piensan que un belén es una buena forma de felicitar la navidad o con la que sorprender al cliente, al público, al que pasa por un escaparate…es un recurso muy visual, muy plástico y que además tiene un mensaje. No solo pones una decoración, estás diciendo algo, estas diciendo que participas de esa alegría de la Navidad.‘’
Más allá de la importancia que supone este reconocimiento, la impronta y la fama del belenismo zamorano se postula como un nuevo atractivo turístico en la provincia de Zamora en unas fechas que no son eminentemente turísticas: ‘’ La gente viene en masa y cada año viene más gente, Para nosotros es una satisfacción. Nuestro principal logro no solo son estos belenes sino con la conexión con el público y que se haya prendido la mecha del belén en Zamora y que todo el mundo asuma que la navidad sin belén no es lo mismo.’’
Y es que el éxito de la agrupación zamorana va más allá de los límites de la provincia. En este 2022 son los encargados de realizar el montaje del belén de la Diputación de Salamanca y el del Concello de Vigo.
La declaración de manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial por parte del Ministerio de Cultura va a suponer una serie de apoyos y líneas de actuación culturales a través del propio ministerio y las diferentes consejerías de los gobiernos autonómicos. Un cambio sustancial en la lucha por mantener una tradición cultural en la que ‘’hay artesanía, arte, asociacionismo y unas creencias que parten de una base religiosa pero que comparten espacio con muchas manifestaciones y representaciones que confluyen en el belén.’’
Una manifestación cultural con diferencias a lo largo de la geografía nacional y en la que la escuela belenista zamorana destaca por ‘’cuidar mucho esa forma de presentar, la iluminación, la magia con la que se envuelve y presenta el belén, el espacio, la distribución, el diseño de toda la cartelería, las impresiones y luego a la hora de hacer el belén buscamos con los acabados llegar a una simbiosis con las figuras y que la escenografía parezca una foto fija de un viaje en el tiempo e intentamos que por unos instantes sueñe, viaje y que se imagine como fue ese momento del nacimiento.’’
Sin embargo, las asociaciones belenistas no son ajenas a la inflación y la subida generalizada de precios que experimenta el país, algo que ha hecho que los presupuestos hayan subido en torno a un 40%: ‘’mismamente un bote de pintura es exagerado y afecta al presupuesto. En ese aspecto, una de las ventajas que estamos gestionando con esta declaración es una exención de IVA que seguramente el año que viene podremos disfrutar todos los colectivos belenistas.’’
Una afición y una tradición que, en la mayor parte de los casos, tiene su origen en el ámbito familiar y cuyas figuras son auténticas obras de arte provenientes de los talleres de la escuela de Olot o de artesanos como José Luis Mayo Lebrija o Álvaro Abrines. En el caso de La Morana, una parte de la sede social está destinada a la conservación de las figuras en cajas de madera que facilitan el transporte y la espera hasta realizar un nuevo montaje.