¿Por qué si no había nadie en la calle se desinfectaba más queahora?, ¿por qué podemos hacer vida “normal” si el coronavirus sigue avanzando?o ¿por qué no se cierran fronteras si la movilidad afecta al avance del virus?,estas y otras muchas son las preguntas que surgen cada día en cualquier puntode la provincia ante el miedo del coronavirus.
Incógnitasque pueden ser resueltas, o la menos esclarecidas, gracias a los datos delcoronavirus que se actualizan a diario y dibujan un panorama que, aunquepreocupante, no es comparable con los peores datos de la pandemia en laprovincia de Zamora. De hecho, fue el propio vicepresidente de la Junta deCastilla y León quien aseguró que "no se iba a volver a los días de marzoy abril", afirmación sustentada en la estrategia y los datos de lacomunidad.
Laincidencia del coronavirus sigue creciendo, eso es cierto, pero su ritmo esmenor al que se registraba hace semanas y la curva de casos tiene mucha menorpendiente que los pasados meses de marzo y abril. Asimismo, el tiempo en el quese tardan en detectar los contagios y sus contactos se ha acelerado y aquíes donde entra a formar parte la pieza angular, entre otras, de esteperiodo: los rastreadores.
Los rastreadores han dado a Castilla y Leónla capacidad de detectar un nuevo contagio y a sus contactos con una rapidezque permite la contención de ese foco de infección. Además, la provincia deZamora cuenta con 15 rastreadores más de lo exigido por el Ministerio, con untotal de 47 profesionales al servicio de la contención del virus.
Este hecho también ha propiciadoque el número de casos diarios comunicados sea mayor, puestoque se cuenta con mayor número de pruebas, más personas al servicio de ladetección de los casos y una mayor rapidez para confirmar los positivos, asícomo sus contagios. Asimismo, la obligatoriedad de realizarse la PCR paracualquier trámite hospitalario, hasacado a la luz un gran número de asintomáticos positivos que engrosan la listade casos totales nuevamente.
Otrode los apartados que más denotan la diferencia entre el inicio y la yaconsiderada segunda ola en la provincia, es el númerode fallecidos. Durante marzo y abril, el número de fallecidos diarios en laprovincia era de tres fallecidos. Una media que con la llegada del mes de mayose redujo a casi cero, registrándose el último fallecimiento en el ComplejoAsistencial el pasado nueve de junio. Una situación similar a la vivida en lasresidencias donde el mayor número defallecidos por coronavirus se concentró durante los meses de marzo yabril.
Noobstante, y aunque este agravio comparativo este avalado también por lasautoridades sanitarias, el avance del coronavirus sigue siendo una realidad ypese a que lejos quedaron los aplausos de los ocho, y los meses deconfinamiento, la responsabilidad individual sigue siendo la mejor y únicavacuna para frenar al Covid-19.