Cerramos 2020 y lo hacemos entre la segunda y la tercera ola de la pandemia. ¿Cómo está aguantando el desafío Caja Rural de Zamora?
Somos una familia de profesionales y nos hemos solapado, ayudado, retroalimentado en interno para darnos fortaleza unos a otros para superar los miedos, que también los hemos tenido, como todos. No nos ha afectado con fuerza pero también hemos tenido nuestras casuísticas. A nivel interno, la enseñanza es que somos mucho más capaces de lo que pensamos y también de la asunción de la responsabilidad. La plantilla de Caja Rural hemos asumido desde hace mucho tiempo, y ahora más con la pandemia, el papel imprescindible que esta entidad tiene en Zamora a día de hoy económica y socialmente. Somos un elemento fundamental para Zamora y de sostenimiento de muchas cuestiones. Seguro que esta pandemia nos ha hecho entender con más claridad el papel que juega la Caja Rural en Zamora.
¿Cree que a nivel institucional (nacional, regional y local) se podía haber gestionado mejor la pandemia?
Nosotros aquí somos muy autocríticos y por lo tanto creemos que todo se puede mejorar. Creo que sí ha habido coordinación entre instituciones, pero las cosas claro que se pueden hacer mejor. Nosotros defendemos que el elemento fundamental aquí está en salvar el tejido productivo. Si no salvamos los empleos de la gente, las empresas, esto va a tener mal arreglo. Y como entidad financiera y cooperativa privada que somos visualizamos perfectamente que el escenario del estado del bienestar es, principalmente, el sector privado. Los impuestos que tributamos todos y cada uno de los ciudadanos, pero también toda la contribución que tiene el sector privado en la carga impositiva para mantener los servicios públicos. Por lo tanto nos parece fundamental. Se están haciendo esfuerzos, pero probablemente no sean suficientes porque también hay carencias. En esta situación de emergencia no hay ideologías y si algo hay que pedir es eso, unidad y dejar las ideologías a un lado.
¿Cómo se ha adaptado y se está adaptando Caja Rural a la nueva normalidad?
Insisto en resaltar el esfuerzo de toda la plantilla desde el minuto uno. Hemos tenido todas las oficinas abiertas, todo el horario comercial con las recomendaciones sanitarias, haciendo los llamamientos que he hecho personalmente como portavoz de la entidad para que los clientes usaran todos los medios telemáticos que tenemos, desde la app, pasando por la banca electrónica o los cajeros. Ha sido un esfuerzo titánico de los compañeros en plena pandemia, prestando servicio sin olvidarnos del mundo rural. En las zonas rurales estamos casi solos, cada vez somos menos porque somos casi la única entidad bancaria que presta servicios bancarios en muchos sitios donde la gran banca se está retirando y está cerrando oficinas. Creo que la palabra es compromiso, la Caja Rural ha demostrado el compromiso real que tiene con Zamora y los zamoranos y nosotros nos sentimos orgullosos y satisfechos con lo que estamos haciendo. Y con la esperanza de que no haya tercera ola, pasemos las navidades lo mejor posible y que 2021 sea el año del fin de esta pandemia.
Caja Rural no solamente se ha centrado en aguantar el envite sino en ayudar a otros a aguantarlo. Desde el primer instante lo tuvieron claro lanzando diferentes ayudas y campañas.
La Caja Rural de Zamora ha respondido desde el primer día de la pandemia en todos los órdenes. Primero porque las respuestas fueron inmediatas. Recuerdo que la primera acción que se tomó fue apenas a los siete o diez días del confinamiento, y fue la supresión de todas las comisiones de todos los datafonos de todas las empresas que estaban sin actividad. Eso demostró la preocupación social y económica de Caja Rural desde el minuto uno. Y luego desde ahí hemos estado al lado de la gente y de las empresas. El plan de ayudas de la entidad desde el minuto uno que empezó ahí y con todo lo que vino después: el plan de financiación propio de los 150 millones de euros, cada uno de los planes ICO que ha habido, además de cumplimentar un compromiso de 72 horas para la gestión de los propios tramos ICO, el adelanto de pensiones, de ayudas, el plan de flexibilización de todos los préstamos para los clientes de la entidad con una sensibilidad absoluta de la Caja y por supuesto la campaña del diez por ciento.
Esta última campaña está en vigor, ¿qué aceptación está teniendo?
Ha tenido dos fases. La primera de los tres meses de verano que se cerró con un aumento de facturación del 172%, y esta segunda que también está teniendo una aceptación importante. Hablamos de importes importantes en el coste de ese diez por ciento para la Caja Rural. Pero lo que demuestra es que son campañas que llegan en el momento adecuado, que demuestran hechos, que es la sensibilidad y por eso, en resumen, con toda la humildad del mundo, creo que la Caja Rural ha estado a la altura de lo que una entidad local y una empresa local debe de hacer.
Dada la infiltración de Caja Rural en la sociedad zamorana, lo que le permite conocer muy bien la situación existente, ¿cómo de herida está nuestra economía, dando por hecho que Zamora ya iniciaba la crisis sanitaria en niveles muy negativos?
El director general de la Caja Rural lo ha dicho varias veces públicamente. Partíamos de una mala posición y los números mandan. No se trata de pesimismo, sino de optimismo realista. Esta crisis a Zamora la coloca en el último lugar en todos los parámetros socioeconómicos, excepto en la densidad de población. La zona cero de la despoblación en España es Zamora. Eso es una realidad y no se puede ocultar, porque ocultándola no conseguimos nada. Tiene que ser lo que nos genere un esfuerzo y un optimismo en salir del hoyo en el que nos encontramos, solicitando las ayudas que sean y poniendo toda la predisposición de los zamoranos. Pero yo creo que eso lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, porque es la realidad. Formamos parte de la España Vaciada.
Todas las proyecciones hablan de una continua hemorragia de pérdida de población en Zamora. ¿Se puede convertir la pandemia en oportunidad si ciertas empresas se dan cuenta de que pueden descentralizar servicios hacia zonas de la denominada España Vaciada apostando por el teletrabajo?
Es uno de los elementos que puede ayudar, pero no nos engañemos, estamos en el siglo XXI y la gente necesita servicios. Por tanto, esa opción está sobre la mesa pero hace falta ese espaldarazo de proyectos que posibiliten esa situación, esa discriminación positiva que desde esta entidad siempre se ha hablado. Zamora lo necesita. Hay muchos proyectos como Montelarreina, al que la Caja Rural ya ha mostrado públicamente su apoyo, que son necesarios. La opción del teletrabajo es una opción para Zamora y para todos los sitios de España que se encuentran en la misma situación, pero a lo que hay que prestar atención es a otros proyectos que son palancas zamoranas, que sirven solo a Zamora, y son las que tienen que ponerse en marcha ya.
Siguiendo con el empleo, economía y productividad. Uno de los termómetros en Zamora es ver cómo están las principales calles peatonales: Santa Clara y San Torcuato. En los últimos años han proliferado los locales vacíos pero en estos últimos meses se han multiplicado. Conociendo como conoce el sector de hostelería y comercio, ¿hay soluciones al alcance para revitalizar estas zonas?
No existen milagros pero sí existen acciones reales que sumadas unas con otras estructuran un muro de crecimiento. Lo que hay que empezar es a construirlas una detrás de otra. No podemos seguir hablando de las mismas cuestiones. Los años pasan y al final nos quedamos con los grandes proyectos estatales que no llegan porque no se concretan. Hace falta proyectos concretos, que los hay, hasta presupuestados, y la suma de esos proyectos generarán el muro de crecimiento para Zamora, pero deben ser proyectos concretos. Algunos de ellos son muy antiguos, otros nuevos, pero todos conocidos por la realidad política y social zamorana, y lo que hay que hacer es ponerlos en marcha ya. No podemos seguir dilatándolos en el tiempo, porque al final nos quedamos con las grandes proclamas y las hemerotecas de los medios de comunicación de los últimos treinta años están llenas de proyectos que no se han puesto en marcha.
Ante eso hay dos opciones, resignarse o rebelarse. Ustedes con la iniciativa Zamora10 han apostado por rebelarse. ¿Creían que iba a ser tan difícil articular esta iniciativa que al fin y al cabo lo que busca es tratar de que Zamora no siga languideciendo?
Bueno, creo que no es cuestión ni de resignarse ni de rebelarse, simplemente de trabajar. Reivindicar con dialogo, con mesura, con educación, pero con solvencia, criterio y razones, porque hay muchas. Ofreciendo siempre la mano, la cooperación de las empresas, de los ciudadanos. Estamos hablando de más de 300 personas que han participado en este proyecto de Zamora10. Esas son las palabras: cooperación, ayuda, esfuerzo. Sabíamos que iba a ser difícil. A nadie nos gusta que nos digan cómo hacer las cosas, pero está claro que la suma del pensamiento de muchos, y más en la situación en la que está Zamora, es la que nos sacará del problema. Si alguien piensa que por solitario o con su pequeño grupo asociado va a salvar Zamora, con todos mis respetos, es mucho pensar. Aquí nos faltan tantas cosas que los pocos que quedamos tenemos que estar unidos unos con otros para sacar Zamora adelante. No sobra nadie.
En un año tan difícil, por todo, cuéntenos algo positivo con lo que se quede.
Me quedo con la solidaridad de la gente, con el esfuerzo de muchos profesionales de los servicios esenciales. Especialmente con los de la banca, que han sido los grandes olvidados en el servicio público de esta pandemia. Pero por supuesto con sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, limpieza, supermercados… Cuando llegan los problemas sale lo mejor de las personas y en esta pandemia también ha salido lo mejor, también a veces salen en conductas lo peor, pero hay que quedarse con lo bueno. Y algo fundamental, éramos felices y no lo sabíamos. Y quizás todo esto nos hace mejores.
¿Y un último mensaje para los zamoranos para 2021?
En primer lugar, mandarles a las familias de los fallecidos nuestras condolencias; a los enfermos desearles que se recuperen cuanto antes; y a todos, el deseo y la seguridad de que vamos a salir adelante seguro sí o sí. Y a partir de ahí, el mensaje que lanzamos desde el minuto uno de la pandemia, el mensaje de fortaleza, de unidad, de esperanza, y de seguridad de que esto se acabará porque no puede ser eterno. No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Entonces desde Caja Rural lanzamos el mensaje de fortaleza, que nosotros vamos a seguir poniendo todo el cariño, toda la profesionalidad y toda nuestra energía para Zamora porque somos de aquí. Somos zamoranos y nuestro ADN y origen identitario zamorano nos obliga al compromiso con nuestra tierra. Somos conscientes de que queremos que a Zamora le vaya francamente bien porque si le va bien, a esta Caja le va a ir mucho mejor.
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