En esta ocasión, el tiempo ha acompañado y la sociedad zamorana se ha volcado para participar en una marcha que ha comenzado a las nueve de la mañana en la Plaza de la Marina y que, pronto, se ha convertido en un reguero de caminantes, patinadores, atletas y ciclistas que han inundado la carretera que lleva a Morales del Vino. Familias, parejas, grupos de amigos y algunos, los menos, en solitario, han empleado la jornada matinal del domingo en un evento que es una cita ya tradicional en el calendario de la provincia.
Ya en Morales, una banda de música y un grupo de cabezudos han amenizado una mañana marcada por el buen ambiente y la solidaridad.