Según exponen en su documento, la aportación "más inmediata y tangible" de la sanidad a los servicios sociales debe ser "cubrir las necesidades de atención sanitaria de los ciudadanos institucionalizados, con igual compromiso que a los demás ciudadanos, pero con una adaptación a sus condiciones, que asegure un trato equitativo que equilibre sus oportunidades para disfrutar del máximo nivel de calidad de vida relacionada con la salud posible".
"El elevado número de fallecimientos registrados ha obligado a los diversos sistemas sanitarios a revisar la actividad asistencial y de cuidados prestada en condiciones normales y la existencia de estrategias de intervención rápida con unos planes nacionales dirigidos a minimizar efectos en situaciones como la actual pandemia. En España, se ha puesto en evidencia, de nuevo, una necesidad crónica y urgente de coordinación entre los ámbitos sanitario y social, así como la gran variabilidad de respuestas entre las comunidades autónomas (y dentro de ellas)", apuntan.
Así, consideran que son "imprescindibles" estudios evaluativos de las intervenciones desarrolladas, identificando los resultados conseguidos, de cara a conocer y difundir "las mejores prácticas en la asistencia habitual, y evitar los fallos identificados". "También es necesaria la investigación sobre la incidencia de COVID-19, de la mortalidad general en las residencias y de la mortalidad atribuible a COVID-19 en estos entornos", añaden.
Por todo ello, este informe, en base a la situación de respuesta a la pandemia, ofrece cinco grandes líneas de mejora, como medidas de prevención y control para personal y residentes, con un control exhaustivo de acceso a las residencias de mayores y otros centros sociosanitarios, pero facilitando el contacto con los familiares a través de las tecnologías de la comunicación (videoconferencias con imagen preferiblemente), o de sistemas de visita seguros, evitando en lo posible restringirlas totalmente, y adaptando las políticas de visita a las situaciones epidemiológicas, características del residente y del visitante, y condiciones del centro.
De la misma forma, reclaman asegurar "de manera prioritaria y ágil" la realización de test que permitan diagnosticar los casos e identificar los contactos para establecer sistemas de detección y aislamiento precoces, tanto para residentes como para trabajadores.
Los médicos insisten en la importancia de la coordinación "constante e inmediata" con el sistema sanitario: "En general, la coordinación de las Residencias debe realizarse con la Atención Primaria (AP), con soporte de la Salud Pública y de los Hospitales, estableciendo flujos claros y bien conocidos de relación y derivación. En varias comunidades se han implementado soluciones intermedias previas a la hospitalización convencional con unidades especializadas. Los sistemas de información sanitaria, integrados o interoperables, son esenciales para gestionar la información clínica de los residentes".
Igualmente, apuestan por el desarrollo de sistemas de diagnóstico y detección precoz, así como de seguimiento no presencial mediante telemedicina. "Medidas orientadas también a mantener el contacto constante con los familiares a través de las tecnologías de la comunicación", concluyen.
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