En el contexto sanitario actual, momento de cambio en la atención primaria, AMEACyL asegura que las dificultades para encontrar profesionales han generado importantes debates en la comunidad, que han sido trasladados a los grupos de trabajo creados recientemente por la Consejería de Sanidad.
Estas dificultades, aseguran, afectan de forma especial a los médicos especialistas en medicina familiar y comunitaria (nuestros médicos de cabecera), que a pesar de la gran demanda laboral existente, cada vez son más escasos en Castilla y León. Aseguran que esto mismo ocurre con los profesionales de enfermería, cuya lista de empleo ha endurecido sus condiciones recientemente, y que representa un nuevo aliciente para buscar un trabajo estable en otras comunidades autónomas o otros países, que permita la indispensable conciliación laboral y familiar, y cuyo déficit se deja sentir durante las sustituciones de vacaciones en verano, así como en puentes festivos o en el período navideño.
Los cambios de los médicos y enfermeros enla comunidad van produciéndose de forma progresiva. Ya desde el año 2006, en previsión de las dificultades de sustitución en los Centros de Salud, la Consejería trata de conseguir que los profesionales elijan Castilla y León para trabajar, por medio de los contratos de médicos y enfermeros “de área”, cuyo objetivo fue intervenir sobre el incremento de edad de los profesionales de su plantilla y las solicitudes de no realizar guardias, además de solucionar las dificultades por la falta de disponibilidad de las bolsas de empleo. Casi quince años después y a la luz de sus resultados, resulta evidente que no ha visto cumplida su finalidad, provocando un efecto contrario sin evitar la escapada de los profesionales.
En el momento de su creación, el personal de área constituyó para la administración sanitaria una forma de establecer profesionales por medio de contratos de interinidad, cuyas condiciones adaptarían las distintas gerencias para solventar sus necesidades; un contrato muy “elástico”, cómodo para los gerentes al no tener asignación a un determinado centro de trabajo o un cupo de pacientes, con horario indefinido de lunes a domingo, y multifuncional, bien atendiendo las consultas o asistiendo las urgencias en los centros de salud. Supuso la fijación de médicos y enfermeros cualificados con coste reducido para permitir la cobertura de las necesidades no previstas de la Consejería, convirtiendo las sustituciones en su forma de vida. Del mismo modo, para los profesionales, implicaba absoluta dependencia de su puesto de trabajo que en ocasiones llegaba a imposibilitar su vida familiar, al estar pendientes de una llamada para acudir a trabajar de forma permanente.
Para la Consejería de Sanidad, en palabras de AMEACyL este sistema simplifica la gestión del personal, abre múltiples posibilidades para la reestructuración en la atención primaria y soluciona gran parte de los problemas actuales. Al generalizar la condición a todos los médicos y enfermeros de su plantilla, permitirá ahorrar en sustituciones, además de reducir en otros gastos de los que carece el personal de área, como los descansos después de realizar las guardias, y al poder ser desplazados por toda la provincia, serán las distintas gerencias las que tengan la capacidad de trasladar a los trabajadores según las necesidades de atención de la población, como pueda suceder durante el periodo estival, momento en el que podrán ser distribuidos entre las zonas con mayor demanda asistencial.
Desde AMEACyL reclaman la mejora de las condiciones de trabajo de los médicos y enfermeros de área e instamos a la Consejería a que abandone estas pretensiones con el resto de profesionales, dado que les suponen peores condiciones laborales. Tampoco mejoran la atención de los pacientes, ya que dificultarán aún más su seguimiento por el mismo médico o enfermero, pudiendo llegar a pasar la consulta un profesional distinto cada día, perdiendo así sus profesionales de referencia. La experiencia de los últimos años, aseguran, les ha demostrado que los médicos y enfermeros necesitan tener claramente definidas sus funciones para garantizar una atención de calidad al paciente y alcanzar la excelencia, lo que también conlleva mayor motivación para su desarrollo, bien sea en la atención en consulta o durante la asistencia urgente. En consecuencia, la generalización de la precariedad laboral y el incremento de las dificultades para la conciliación laboral y familiar de sus trabajadores, no es un remedio para atraer y mantener posteriormente profesionales en nuestra comunidad.