“Me falta el cromo del Cristo de las Injurias, ¿alguien lo cambia?” Este tipo de mensajes inunda WhatsApp, Facebook e Instagram, donde han surgido grupos especializados en la compra, venta e intercambio de cromos. Desde que salieron a la venta, las calles, parques y redes sociales se han convertido en puntos de intercambio donde jóvenes y mayores buscan desesperadamente completar su álbum.
La fiebre ha alcanzado tal nivel que se organizan quedadas en plazas y cafeterías donde los coleccionistas se reúnen con sus repetidos en mano, negociando como auténticos expertos. La primera quedada se ha celebrado durante la mañana de este sábado en las inmediaciones de la Iglesia del Carmen.
Los sobres se agotan en minutos en los comercios participantes, y hay quien asegura haber recorrido toda la ciudad en busca de los más difíciles de conseguir.
Más allá del coleccionismo, esta iniciativa ha despertado una ola de nostalgia y emoción entre los zamoranos, que ven en estos cromos un homenaje a su Semana Santa y una nueva tradición que podría repetirse cada año.

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