Mariano Rajoy pisaba Zamora pasadas las dos y cuarto de la tarde. El Presidente del Gobierno en funciones llegaba en tren a la capital zamorana y venía acompañado por el vicesecretario de organización del Partido Popular, el zamorano Fernando Martínez-Maillo. Además, a pie de andén, Rajoy era recibido por el presidente autonómico del Partido Popular, Alfonso Fernández Mañueco, y otros representantes del Partido Popular en Zamora como Mayte Martín Pozo, Jerónimo García Bermejo, Alberto Castro o los diputados José María Barrios, Clara San Damián y Javier Faúndez.
Tras comparecer ante los medios de comunicación con la estación de trenes al fondo, Mariano Rajoy se trasladó al centro de Zamora para dar un pequeño paseo por la ciudad. Concretamente, ese paseo se iniciaba en la Plaza de Viriato. Allí ya le esperaban cientos de personas para buscar una foto o una firma de Mariano Rajoy. Palabras de ánimo, de aliento y de apoyo fue lo que escuchó el Presidente del Gobierno en funciones. A cada paso, la petición de una firma o de una foto, a lo que Rajoy respondía siempre de manera solícita.
Poco a poco, la comitiva se acercaba a la Plaza Mayor. Allí, Martínez-Maillo explicó a Rajoy el significado de la estatua del ‘Merlú’ y le mostró el encanto de la calle Balborraz. A continuación, todos entraban en un bar de la Plaza Mayor para tomar una copa de vino de Toro y una tapa de calamares. Después de eso, nuevo baño de masas. Mariano Rajoy no reparó en atención a los ciudadanos y posó una y otra vez para las decenas de cámaras que querían inmortalizar el momento.
Una vez finalizado el paseo, todo el grupo liderado por Mariano Rajoy y Martínez-Maillo entraban en el Restaurante Serafín, lugar donde se celebraba la comida antes de que el dirigente gallego regresase nuevamente a la capital. El menú estuvo compuesto por queso zamorano, arroz a la zamorana y de postre unas cañas. Todo regado por un vino de una conocida bodega toresana.