El Gobierno aprobaba el pasado 28 de diciembre en el Consejo de Ministros la bajada del límite de velocidad a 90 kilómetros por hora en carreteras convencionales. De este modo, desaparece la actual diferenciación de limitaciones genéricas entre 90 km/h y 100 km/h existente para los turismos y las motocicletas en vías convencionales de un solo carril, estableciendo una limitación general de 90 km/h para estos vehículos, al ser estos "donde se han centrado la accidentalidad en los últimos años".
La bajada de velocidad es una de las medidas 'estrella' del director general de Tráfico, Pere Navarro. Durante los más de seis meses que lleva en el organismo se ha mostrado a favor de rebajar la velocidad. Precisamente, este explicaba que la bajada del límite de velocidad contará con un plazo de hasta 30 días para aplicarla, de forma que a finales de este mes de enero todo el proceso debe estar ya finalizado.
En este sentido, el director general de Tráfico, Pere Navarro detallaba que la modificación se aplicará gradualmente "conforme los titulares de la carretera vayan cambiando la señal" en carreteras convencionales que no tengan separación entre los dos sentidos. El cambio de señales ya se está produciendo según informaba esta semana la red social SocialDrive.
La pregunta que muchos ciudadanos se realizan es cuánto va a costar este cambio de señales a las arcas públicas. La respuesta la da la propia red social anteriormente citada: la nueva señalización que reemplazará a la prohibición de circular a más de 100 km/h en aquellas carreteras secundarias que han pasado a ser de 90 km/h tiene un coste de 440.000 euros en las arcas del Estado. Se estima que son alrededor de 10.000 los kilómetros de carreteras que calcula la DGT que se verán afectados por este cambio.