El sector de la hostelería se unía ayer en la Plaza de la Constitución para luchar por sus derechos tras el anuncio de cierre de la hostelería el pasado viernes y volviendo a presionar haciendo ver que “no son parte del problema, sino parte de la solución”.
Pero la unión poco después se convirtió en decepción e indignación por parte de muchos de los hosteleros zamoranos cuando vieron que algunos compañeros del sector no mostraron esa unión y ninguna empatía cuando no pararon sus negocios en esos momentos y siguieron “vendiendo cafés” sin hacer “ni unión ni fuerza”.
El sentir prácticamente generalizado es que ese hecho “es muy lícito, pero no muy ético” y ya son muchos los hosteleros que piensan que si entre ellos no son capaces de ayudarse “¿qué pretendemos conseguir?”.
“Algunos prefirieron vender cafés en vez de arrimar el hombro” y algunos de los hosteleros esperan que al menos reflexionen porque con estos hechos no se consigue nada y “en la hostelería zamorana, ni unión, ni fuerza”.
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