Un año más, el botellón de la madrugada del Jueves al Viernes Santo fue protagonista. Los jóvenes se concentraron en el entorno del parque de San Martín para disfrutar de la noche zamorana alrededor del ya tradicional botellón que año tras año concita la presencia de cientos de personas, no solo zamoranas, sino de otros puntos de la comunidad.
Tras la polémica generada alrededor de esta fiesta en las últimas semanas, finalmente las autoridades mantuvieron San Martín como el centro neurálgico de esta celebración. Eso sí, la lluvia mitigó los efectos sobre el propio parque. Apenas un puñado de jóvenes ocuparon los jardines de este parque, arremolinándose sobre todo debajo de las copas de los árboles más frondosos tratando de evitar así la lluvia.
Eso sí, también hubo muchos jóvenes que escaparon de la zona para resguardarse en soportales de las calles próximas y poder evitar la lluvia en los momentos en los que más apretaba. Ante la insistencia de las precipitaciones, fueron muchos los que decidieron acabar con el botellón antes de tiempo y acudir a los locales de ocio nocturno de la capital para ponerse a cubierto.
La zona estuvo vigilada por la Policía Nacional y la Policía Local, e igualmente la presencia de la ambulancia fue necesaria en al menos dos ocasiones para realizar sendas atenciones.
La lluvia mitiga los efectos del botellón en San Martín pero los reparte por otros puntos
Los jóvenes buscaron cobijo debajo de las copas de los árboles del parque de San Martín, mientras que otros muchos utilizaron soportales de las zonas cercanas para resguardarse de la lluvia y poder desarrollar la fiesta nocturna.
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