El Gobierno, a través de la Delegación en el País Vasco, ya anunció que tomaría medidas judiciales en el caso de que se recibiera con honores en Lasarte a Santi Potros pero ello no ha detenido las ideas que los vecinos de la localidad natal del exjefe de la banda terrorista tenían.
De hecho, a su llegada a la localidad guipuzcoana, el sanguinario etarra ha sido recibido con varias pancartas de bienvenida en la que le daban la bienvenida. Así, incluso, han tenido que ser retiradas por la policía autonómica, la Ertzaintza, en la tarde de este domingo.
Lo que no han podido evitar es la comida que le han servido en una herrikotaberna en otro homenaje que el pueblo le ha querido brindar tras pasar más de treinta años en distintas prisiones de España hasta que este domingo a primera hora fue liberado del centro penitenciario de Topas.
Arróspide Sarasola (Lasarte, Guipúzcoa, 1948) entró a formar parte de ETA en el año 1968 y ocho años después ingresó en los comandos especiales (Bereziak) de la escisión ETA político-militar (ETA-pm o ETA-VI Asamblea). Fue amnistiado en 1977 y se exilió en el santuario etarra en el País Vasco Francés, donde pasó a integrar ETA militar en el 78. En 1984 logró el estatus de refugiado en Francia, pero el 30 de septiembre de 1987 pudo ser apresado en Anglet.
El etarra acumulaba en España 11 sentencias que sumaban casi 3.000 años de prisión por atentados con alrededor de 40 personas asesinadas, entre ellos los 21 muertos de la masacre del supermercado Hipercor de Barcelona de 1987, por el que fue condenado a 790 años de prisión; o la masacre de los 12 guardias civiles asesinados un año antes en la plaza de la República Dominicana de Madrid, por el que fue condenado a 1.920 años.
Curiosamente y pese a ser uno de los líderes más sanguinarios de la organización terrorista, Santi Potros engrosó la lista de etarras críticos con la dirección de la banda con motivo del fin del alto al fuego del 30 de diciembre de 2006, con el atentado en la T-4 del aeropuerto de Barajas.