Durante los primeros meses de este particular curso 2020/2021, las instituciones académicas y la Consejería de Educación han trabajado de forma intensa y coordinada, reuniéndose semanalmente para compartir el seguimiento de la situación epidemiológica en las aulas universitarias.
El modelo de universidad presencial y segura, implantado en todos sus campus, ha resultado ser un modelo eficaz que ha permitido que la vuelta a las aulas se haya producido sin incidencias relevantes. Se puede afirmar que los protocolos y planes de contingencia adoptados han funcionado y que la coordinación con el sistema sanitario autonómico, a través de los sistemas de vigilancia epidemiológica de las universidades, ha sido impecable.
La docencia universitaria ha conseguido mantener su calidad con aulas híbridas y espejo, prácticas presenciales y sistemas de evaluación continua y final presencial. Algo que se ha conseguido gracias al refuerzo de la capacidad tecnológica de los campus virtuales, de la formación del profesorado en metodologías innovadoras y de los estudiantes y PAS en el uso de las plataformas tecnológicas. El ecosistema investigador y de innovación universitario ha continuado trabajando a pleno rendimiento, intensificando su actividad habitual para contribuir a la búsqueda de soluciones frente a la pandemia, como han hecho los 17 proyectos puestos en marcha con financiación extraordinaria COVID-19.
Los estudiantes, actores fundamentales en este nuevo escenario, han participado activamente en la toma de decisiones y han impulsado campañas de concienciación de la comunidad universitaria y otras acciones solidarias. Del mismo modo, profesorado y personal de administración y servicios se han volcado en un sinfín de iniciativas y acciones de apoyo a colectivos especialmente afectados por la pandemia de forma desinteresada y generosa.
Por último, la aportación extraordinaria de 13 millones de euros para que las universidades públicas pudieran hacer frente a los gastos derivados de la COVID-19, tramitada de forma ágil por la Junta de Castilla y León, ha permitido la financiación de numerosas iniciativas que han resultado fundamentales para afrontar con éxito esta pandemia. Así, ese presupuesto extra ha posibilitado la adaptación de espacios, la adquisición de equipamiento, el impulso de un sistema de ayudas a estudiantes en situación de especial vulnerabilidad o la realización de pruebas diagnósticas a toda la comunidad universitaria.