La Junta de Castilla y León recurre a los veterinarios para realizar las inspecciones de “control” del COVID-19 en las residencias de mayores al ser un cuerpo “fantástico”, según explicó hoy la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en su comparecencia en las Cortes para informar sobre la evolución de la pandemia.
De esta forma, la consejera afirmó en su último turno en la Comisión Sanidad que se está utilizando “entre comillas” a los veterinarios para llevar a cabo el “control” en las residencias de mayores, ante el temor que reconoció tienen los gerentes de Atención Primaria sobre las consecuencias de que el virus entre en estos centros.
“Es un cuerpo fantástico, que no ha dejado de trabajar, pero que ahora queremos que nos ayude en este tema”, dijo la consejera de Sanidad. No obstante, a esta medida añadió la detección del virus en heces fecales, así como los barridos con test para detectar anticuerpos IGG y si no hacer PCR o pruebas de antígenos. “Son nuestros mayores y nos debemos a ellos”.
La consejera indicó que las residencias de mayores no están siendo los principales focos en Castilla y León, puesto que indicó son el origen del 14,6 por ciento de los brotes, frente al 36,5 por ciento de los familiares y el 30,5 por ciento de los mixtos -sociales y familiares-. No obstante, admitió que los mayores son un grupo de riesgo.