El pasado 27 de marzo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la Universidad de Salamanca, el rector del Estudio salmantino, Ricardo Rivero, anunciaba que habían decidido cambiar el estatus de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia a Facultad. El motivo no era otro que “reflejar la realidad” que se sucedía en ambos estudios, puesto que ambas titulaciones habían evolucionado de ciclos cortos a largos y su profesorado había ido adquiriendo el título de doctor.
De hecho, además de impartir sus labores docentes, antes no se realizaba una actividad investigadora -no hacía falta-, mientras que hoy sí la tienen y la desarrollan en pos de la transferencia del conocimiento. Por ello, y aplicando una consideración total de las tareas que se desarrollan en el centro, se iba a promover este cambio.
Casi cuatro meses después, otro Consejo de Gobierno, el de la Junta de Castilla y León, ha aprobado dicho cambio. Los motivos argumentados por la Universidad de Salamanca, que contaron con el informe favorable del Consejo Social del Estudio salmantino, han sido más que suficientes, por lo que el cambio de denominación comenzará a aplicarse con inmediatez.
Además, la Junta ha confirmado que en la nueva Facultad de Enfermería y Fisioterapia se impartirán las enseñanzas oficiales que se ofrecen actualmente en Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia que se suprime, es decir, los grados en Enfermería y en Fisioterapia; los cursos de Adaptación al Grado de Enfermería y al Grado en Fisioterapia; el Doctorado en Salud, Discapacidad, Dependencia y Bienestar y el título propio, denominado Máster en Fisioterapia Traumatológica y Terapia Manual Avanzada en el Deporte.
Asimismo, la creación y supresión de estos centros cuenta con el informe favorable de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Castilla y León (Acsucyl) y del Consejo de Universidades de Castilla y León.