La inscripción de 'testamentos vitales' en el Registro de Instrucciones Previas de Castilla y León ha aumentado un 23,6 por ciento en 2021, cuando se contabilizaron 1.378 nuevos documentos, y el total acumulado desde su creación en 2008 asciende a 15.339.
Estos documentos recogen la "manifestación anticipada" de voluntad que, por escrito, hace cualquier persona mayor de edad, capaz y libre, acerca de los cuidados y el tratamiento de su salud o sobre el destino de su cuerpo o de sus órganos una vez llegado el fallecimiento" para tenerse en cuenta a la hora de su asistencia sanitaria llegado el momento.
En concreto, según la información publicada en el Portal de Salud de Castilla y León recogida por Europa Press, el pasado ejercicio se registraron 1.387 documentos frente a los 1.122 de 2020, un 23,6 por ciento.
Este incremento, según el análisis que hace la propia Junta podría deberse a que en 2021 los ciudadanos han recuperado su "actividad habitual", condicionada en 2020 por el COVID. Hasta el momento, desde la puesta en marcha en 2018 del Registro, se han alcanzado los 15.339 'testamentos vitales' incorporados.
En la mayoría de las provincias aumenta el número de documentos de instrucciones previas registrados, aunque lo han hecho en mayor medida en Burgos (86,8 por ciento) y Zamora (83,3). En el primero de los casos se inscribieron 325 'testamentos vitales' frente a 174 del año anterior y el total en la provincia se eleva a 2.766, mientras que en el caso de Zamora fueron 88 frente a 48 en 2021 y 2020, respectivamente, con un acumulado de 755.
También aumentaron de manera destacada frente al año anterior Palencia, que lo hizo en un 60,9 por ciento (pasó de 64 a 103 y acumula 873 documentos); Ávila, donde se incrementó un 53,5 por ciento (se inscribieron 43 en 2020 y 66 en 2021 y suma 626); y Segovia, que lo hizo en un 21,1 por ciento (pasó de 57 a 69 y acumula 656).
Por debajo del 20 por ciento lo hizo Salamanca, que incrementó el número de documentos registrados en un 17,2 por ciento (209 en 2020 y 245 en 2021 y suma desde el inicio 2.253).
Por el contrario, registraron un descenso Soria, con un 30,8 por ciento menos (pasó de 65 a 45 y suma 505) y Valladolid, que lo hizo en un 2 por ciento (baja de 251 a 246 y globalmente tiene el mayor número de documentos inscritos, con 3.846).
Además hay documentos de instrucciones previas registrados en Castilla y León por personas procedentes de otras comunidades autónomas. Esta última situación deriva del hecho de que el servicio autonómico está conectado con el Registro Nacional de Instrucciones Previas, lo que permite que el contenido de cualquier documento registrado en la Comunidad deba ser aplicado, llegado el caso, por los profesionales sanitarios de cualquier parte de España.
De este tipo de documentos hay 169 registrados y en el pasado año las inscripciones cayeron un 22,2 por ciento, ya que se produjeron 14 inscripciones frente a las 18 del año anterior.
Hasta el pasado año, Valladolid, León y Burgos son las provincias que tienen más otorgantes de este documento con el 25,1, 18,8 y 18 por ciento de los documentos inscritos, respectivamente. Respecto a la población de 18 años o más de cada provincia, Burgos y Valladolid son las que tienen un mayor número de documentos de instrucciones previas inscritos, con 9,2 y 8,8 documentos por cada 1.000 habitantes, respectivamente, lo que las sitúa por encima de la media de la Comunidad, que se sitúa en el 7,5.
El resto se encuentran por debajo, concretamente en el 4,6 en Ávila; en el 7,3 en León; en el 6,3 en Palencia; en el 5,1 de Segovia; en el 6,7 en Soria; en el 5 en Zamora; y en el 0,1 provenientes de otras comunidades.
VÍA PARA SU ELABORACIÓN
Los ciudadanos de la Comunidad que han decidido elaborar el documento lo han podido hacer a través de tres procedimientos legalmente previstos para la formalización de su inscripción (notario, ante testigos o ante personal al servicio de la Administración).
La opción más elegida en 2021, al igual que en los últimos años, fue ante personal al servicio de la Administración, que suponen un 61,5 por ciento respecto al total (853 documentos), seguidos de los que se formalizaron ante testigos (un 21,3) y los que se realizaron ante notario (17,2 por ciento).
Con respecto al año anterior, ha aumentado el número de documentos de instrucciones previas que se han realizado ante testigos (117,6 por ciento), ante personal al servicio de la Administración (12,2) y ante notario (5,3 por ciento).
Del total de documentos inscritos en el Registro desde que se puso en marcha, el 61,5 por ciento se formalizó ante personal al servicio de la Administración (9.429) y es el procedimiento más frecuente a partir del año 2012, cuando se designó personal a tal efecto en todas las provincias de la Comunidad. Ante testigos se formalizaron 3.658 documentos (23,8 por ciento) y ante notario 2.252 (14,7).
Las mujeres son las que han realizado más testamentos vitales y, del total de documentos inscritos en el Registro desde 2008 suponen el 64,5 por ciento (con 9.886) frente al 35,5 por ciento de los hombres (5.453). En el año 2021 dieron este paso 916 mujeres (66 por ciento) y 471 hombres (34 por ciento).
La edad media de las personas que han inscrito un documento en el Registro desde su puesta en marcha es de 59,7 años, según se desprende del análisis publicado.
Para que un documento de instrucciones previas se considere como tal debe contener, como mínimo, indicaciones sobre los cuidados y/o tratamientos médicos que se aceptarían o rechazarían en determinadas situaciones clínicas, en general con un pronóstico irreversible y que evolucionará hacia la muerte en un periodo más o menos cercano, y/o indicaciones sobre el destino del cuerpo o de los órganos una vez llegado el fallecimiento.
CONTENIDO DEL DOCUMENTO
En el año 2021, la mayoría de los documentos recogen de manera conjunta instrucciones, tanto respecto a los cuidados y tratamientos sanitarios como al destino de sus órganos y/o cuerpo una vez fallecidos, concretamente figuran ambas disposiciones en 1.107 documentos, el 79,8 por ciento del total.
Sin embargo, 280 documentos inscritos, el 20,2 por ciento, únicamente contienen referencia a los cuidados y tratamientos médicos como por ejemplo, que no se apliquen técnicas sanitarias o tratamientos que prolonguen artificialmente la vida cuando a juicio del médico no haya expectativas de recuperación, que se adopten las medidas necesarias para paliar al máximo el sufrimiento, etcétera.
Por otro lado, no se han presentado documentos en los que solo se recogieran instrucciones sobre cómo actuar al fallecer, tanto en relación al destino de los órganos (por ejemplo el deseo de donarlos para trasplantes, donar el cerebro para la investigación, etc.), como al destino del cuerpo.
Esta distribución se observa también en los documentos inscritos desde el año 2008, donde el 80,4 por ciento recogen instrucciones en ambos sentidos, el 19,4 por ciento solo sobre los cuidados y tratamientos, y el 0,3 por ciento recogen indicaciones solo en relación al destino del cuerpo y/o de los órganos.
Hay que destacar que las personas que tienen otorgado un documento de instrucciones previas pueden, en cualquier momento, sustituirlo de acuerdo con los procedimientos establecidos en la normativa vigente, algo que ocurrió en 80 documentos en el año 2021 y en 460 desde 2008.
También los otorgantes, mediante cualquiera de los procedimientos ya indicados anteriormente, pueden revocar su documento, dejándolo sin efecto. Así, desde el año 2008 se han revocado 52 documentos, de los cuales doce han sido revocados en el año 2021.
Además, de oficio se han dado de baja 1.337 documentos de personas que tenían el documento de instrucciones previas inscrito en el Registro, pero que han fallecido en los últimos años.