Al acto también acudieron cientos de familiares y amigos que se agolpaban en las butacas del Salón de Actos que se quedó pequeño ante tanta demanda. Tanto al inicio como al final de la imposición de bandas, los presentes pudieron disfrutar de dos espectáculos musicales.
A la conclusión del acto, los alumnos del María de Molina de Bachillerato compartieron cena en el restaurante AdHoc de la capital zamorana; mientras que el resto de alumnos de ciclos formativos eligieron otros emplazamientos.
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