El miedo por la epidemia del coronavirus ha llevado al selectivo a marcar su peor sesión bursátil, todavía peor que cuando se hundió un 12,35% en la jornada en que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea en junio de 2016.
Las medidas del Banco Central Europeo (BCE) ante el coronavirus no han convencido a los inversores. El organismo ha decidido mantener los tipos de interés, lo que no ha sentado muy bien al mercado, que esperaba un movimiento en el mismo sentido que los realizados de emergencia por la Reserva Federal (Fed) y el Banco de Inglaterra que paliara en parte el impacto del coronavirus en la economía.
En su lugar, la autoridad monetaria ha aprobado una serie de subastas de liquidez temporales hasta junio de 2020 y ha dado luz verde a una compra extraordinaria de activos por valor de 120.000 millones hasta finales de año.