Este 2020 es un año extraño, con muchas vacaciones fragmentadas (de haberlas). Independientemente de las formas y destinos, hay que volver a trabajar. Incluso si se trata de teletrabajo. Volver de las vacaciones trae consigo una mezcla de energía y melancolía, y es importante canalizar estos estados de ánimo de la mejor forma posible, porque los resultados en términos de bienestar y positividad para los meses siguientes pueden ser sorprendentes.
Por ello, los expertos de Mundopsicologos.com han elaborado una guía de supervivencia para el back to office y superar la melancolía post-vacacional, tanto en teletrabajo como en la oficina.
Organizar fotos de vacaciones
Sabemos que la vuelta al trabajo nunca es al 100% desde el primer día. ¿Por qué no aprovechar los momentos de pausa o la falta de concentración para ordenar las fotos? Los recuerdos por mucho que puedan fomentar la melancolía son también una panacea para el espíritu. Borrar y ordenar fotos es un trabajo que solemos posponer y que terminamos por no hacer, ocupando innecesariamente mucha memoria en nuestros dispositivos. Es por esto que no debes demorarte y hacerlo de inmediato nada más terminar las vacaciones, porque podrás revivir emociones que aún son muy recientes en tu memoria, sacando todos los beneficios, y al mismo tiempo te encontrarás con un trabajo hecho sin ni siquiera darte cuenta.
Ver a personas que no has visto desde hace un tiempo
Entre los encierros, la desescalada y el distanciamiento social, seguramente hay personas a las que nos hubiera gustado ver y que quizás no vemos desde antes de la pandemia. Los días aún son largos, ¿qué mejor que llamar a viejos amigos para tomar un aperitivo después del trabajo? Será agotador, pero no nos arrepentiremos. Y será como seguir estando de vacaciones durante un tiempo.
Organizar viajes de fin de semana
No será como irse un mes, pero sigue siendo una forma de desconectar y alargar las vacaciones. Tomarse tiempo para seguir viajando, para salir de la ciudad aunque solo sea por un día, es una forma de mantener activa nuestra parte curiosa y vivaz, que se alimenta de novedades y continuos descubrimientos. Variar la rutina con un cambio de ambiente es muy saludable para el espíritu, y para ello no son necesarias unas largas vacaciones al otro lado del mundo.
Ordenar el hogar
Parece un deber más que un placer, y de hecho lo es. Pero si los días no son muy calurosos es bueno ordenar armarios y cajones para tener todo en orden para el nuevo comienzo. Un poco de esfuerzo aprovechando la energía recolectada en las vacaciones, cuyos beneficios se notarán día a día en los siguientes meses, cuando todo estará en su lugar, ordenado y limpio, y podrás dedicarte a las tareas diarias con facilidad, sin quehaceres extras ni trabajo acumulado.
Ir a nadar después del trabajo
Mantener el contacto con el agua es bueno para el estado de ánimo. Ya sea una piscina, mar, río o lago, cualquier persona que tenga la oportunidad de nadar o simplemente darse un chapuzón no debe desaprovecharla. Y si el agua no es nuestro elemento, un paseo en medio de la naturaleza, en un parque o en una avenida arbolada, también será reconfortante, quizás haya un lugar en el que puedas parar y leer un libro.
Planificando el próximo viaje
Viajar con el pensamiento ya es viajar. Cuando imaginamos que estamos viviendo algo, nuestro cerebro reacciona de manera similar a cuando realmente vivimos una determinada situación. Planear un viaje, fantasear con los próximos destinos, con lo que puedes hacer y los manjares a degustar, trae consigo una dosis nada indiferente de positividad.
Ir a la peluquería
Cuidarse siempre es una gran inversión. Todos nos sentimos más hermosos después de las vacaciones, más descansados y bronceados. Este sentimiento de agrado no debe abandonarse, al contrario, hay que cultivarlo, porque antes de gustar a los demás debemos gustarnos a nosotros mismos.
Hazte un regalo aprovechando las rebajas
Aprovechemos las rebajas para hacernos un regalo. Por ejemplo un vestido de la temporada pasada a mitad de precio ideal para reinterpretar este invierno con los complementos adecuados. Será una forma de pensar en ti mismo y de alegrarte la vuelta al trabajo.
Empieza una dieta saludable
El verano no es época de sacrificios. Decir que no es difícil y la dieta se pospone para septiembre. Asegurémonos de que sea realmente así. Comprometámonos con nosotros mismos y respetémoslo, disfrutaremos de un triple cumplimiento: estar en forma, vernos más guapos y alcanzar un objetivo marcado.
Haz realidad un deseo
Es el momento perfecto para tomar la iniciativa para hacer realidad un deseo que tenemos desde hace mucho tiempo. Ya sea, por ejemplo, un curso de idiomas, actuación o cerámica, nunca es demasiado tarde para cultivar las propias pasiones y descubrir virtudes ocultas innatas.
Cuidado con el móvil
Si durante las vacaciones has conseguido reducir el uso de tu móvil y has salido ileso, ¿por qué no seguir así? Los estímulos a los que continuamente estamos sometidos son infinitos y agotadores, aunque no nos demos cuenta, y afectan negativamente nuestra productividad y nuestro estado de ánimo: ¡eliminémoslos y pensemos en nosotros mismos.